En la soledad del poder, luego de desistir de la competencia electoral, sólo puede esperar a que le sirvan el café caliente.
Por José Ignacio Sbrocco
EL FEDERAL NOTICIAS
Alberto Fernández extendió lo más que pudo su definición de no competir en las próximas elecciones presidenciales. Jaqueado por el rumbo de la economía y por la interna del Frente de Todos, el mandatario no tuvo más remedio que blanquear una situación que ya venía meditando desde hace tiempo: correrse de la escena para tratar de mantener unido al oficialismo.
Técnicamente, el mandato de Fernández caduca el 10 de diciembre. Le quedan siete meses y medio en la Casa Rosada, pero desde ahora en más las decisiones se tomarán en otro lado. «Ya ni el mozo que sirve café le dará bola», graficó un analista político para describir la soledad del poder que deberá enfrentar el mandatario.
La decisión de Fernández podría haber significado también el despertar de un operativo clamor que nunca llegó. Nadie del Frente de Todos le pidió al Presidente que pensara en la posibilidad de presentarse para un nuevo mandato. En cambio, varios dirigentes y funcionarios comenzaron a peinarse para la foto, buscando ser el sucesor de Alberto Fernández. Uno de ellos fue el embajador en Brasil, Daniel Scioli, que ese mismo día reforzó su idea de competir en las presidenciales de este año. El jefe de Gabinete, Agustín Rossi, es otro de los que se lanzó, aunque quizá sólo sea a modo de medir la temperatura del respaldo/rechazo que puede generar su postulación.
Sergio Massa es otro de los nombres que andan dando vuelta. El Frente Renovador tendrá su congreso partidario en los próximos días y seguramente propondrán su nombre para encabezar la boleta. El problema es que su desgaste va acompañado por la pérdida de poder adquisitivo. No puede mostrar buenos indicadores económicos como ejes de campaña.
Cristina Kirchner reaparecerá esta semana en el Teatro de La Plata. Es prematuro aventurar una posible candidatura suya porque sigue insistiendo en que está proscripta. Relato puro. El fallo de primera instancia que la condenó por beneficiar con obras públicas a empresas de Lázaro Báez fue apelado y está para que los resuelva la Cámara Nacional de Casación Penal. Por ende, no tiene ningún impedimento legal.
Mientras los gobernadores se unen para injertar a uno de ellos en la fórmula, es muy probable que, al igual que en 2019, sea Cristina Kirchner la que resuelva la estrategia electoral.
Hasta el 10 de diciembre, Alberto Fernández sólo puede esperar que no le sirvan el café frío.