Miles de riojanos fueron empujados a las calles por los personeros del gobierno provincial de Ricardo Quintela este miércoles 24, en muchos casos con amenazas y obligados por la asistencia que se tomaría en la manifestación.
Jorge Brizuela Cáceres
El Federal Noticias

Durante los días previos a la marcha convocada para el 24 de septiembre por las centrales de trabajadores (CGT y CTA), en los grupos de mensajería celular de varios organismos públicos provinciales y municipales se sucedían las arengas con las amenazas, desde las disimuladas hasta las más veladas, con mecanismos de extorsión («se va a tomar asistencia») y de captación («hay bono para los que concurran»). El resultado fueron unos 20 mil empleados de organismos públicos, beneficiarios de planes de empleo que aún manejan organizaciones sociales y un grupo de dirigentes, funcionarios y legisladores a la cabeza de cada columna.
El objetivo táctico utilizado es oponerse al mega Decreto de Necesidad y Urgencia y al proyecto de ley «Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos» emitidos por el gobierno de presidente Javier Milei. El análisis ideológico que hace la coalición peronista Unión por la Patria es que atenta contra la república la democracia y el federalismo. Lo curioso es que recuerda en muchos aspectos al programa de gobierno con el que durante una década Carlos Menem gobernó a los argentinos, con el apoyo irrestricto del peronismo y la complicidad de la Confederación General de Trabajo.

Cientos de personas, muchas tapándose el rostro para no ser captados por las fotos y videos, resumen el espíritu de la marcha. Ni los empleados públicos precarizados y bastante mal pagos, ni los beneficiarios de planes de empleo miserables querían estar ahí, muchos por estar de vacaciones, muchos por el calor y varios porque sencillamente eran votantes de Milei, algunos de última hora. El objetivo psicológico fue limpiar la culpa del peronismo riojano de haber sido uno de los distritos que más aportó simbólicamente al triunfo de La Libertad Avanza, desplazando a un tercer lugar a Juntos por el Cambio, tanto en las elecciones generales como en la segunda vuelta presidencial. Y hacerlos marchar era el castigo por haber osado enfrentar desde las urnas al regimen.
Los que definitivamente no estuvieron en la marcha fueron los autoconvocados, en su mayoría docentes, personal de salud y municipales, que durante más de 10 jornadas poblaron al caer el sol la Plaza 25 de Mayo, y exigieron actualización y mejoras salariales, enfrentando al gobierno provincial. El 24 convocaron solo los sindicatos oficialistas, o sea todos, porque todos fueron cooptados por el peronismo o sus aliados,
Lo cierto es que cada actitud del peronismo y de Quintela no parece una demostración de fuerza, sino un estertor, esas «respiraciones roncas o silbantes propias de la agonía». La Rioja está en crisis, es cierto, pero la responsabilidad no es sino de las decisiones de su pueblo, y de la conducción de sus líderes. Las marchas nocturnas, casi conspirativas, de empleados públicos frente a la Casa de Gobierno y en torno a la Plaza 25 de Mayo, que se sucedieron y se sucederán, no se tapan con esta marcha obligada.-