
En un partido emocionante de principio a fin, el Chelsea se consagró campeón de la Champions League al imponerse por 1-0 al Manchester City, haciendo historia en un encuentro para el recuerdo.
Es la segunda Copa de Europa de su historia, en un partido donde los dirigidos por Thomas Tuchel fueron virtuosos, efectivos, con una defensa impenetrable, y demostraron su poderío durante todo el encuentro generando situaciones de peligro que rompieron los esquemas del City, sobreponiéndose a la lesión de Thiago Silva.
Con un gol de Havertz antes de que terminara el primer tiempo, los de Tuchel se fueron al descanso con el marcador a su favor.
En el complemento, el City trató de revertir la situación, pero a pesar de tener el manejo de la pelota, no pudo generar mucho daño a la línea defensiva de cinco hombres del Chelsea, que repeló todos los avances.
Incluso una de las oportunidades más claras fue de Chelsea luego de una buena jugada de Havertz, Pulisic remató y la pelota salió desviada. Podría haber liquidado el partido en esa jugada.
A pesar del ingreso del Kun Agüero para intentar consumar el milagro, el Chelsea no perdió la compostura, ni mostró ninguna debilidad.
Este triunfo es muy significativo para el técnico alemán que tomó las riendas del equipo a la mitad de la temporada después del despido de Lampard, es su primer título.