
En abril, el mes que marcó la etapa más restrictiva de la cuarentena obligatoria, la economía argentina se desplomó un 26,4% interanual, lo que representa la caída de la actividad más importante en la historia.
El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), un anticipo del producto bruto interno (PBI) elaborado por la dirección de Cuentas Nacionales del Indec, mostró una baja mensual desestacionalizada de 17,5% y acumuló una retracción del 11% en el año. Todos los sectores reflejaron fuertes caídas interanuales, que llegaron a superar un 86% anual.
Para encontrar en la serie histórica que elabora el organismo estadístico retracciones tan pronunciadas hay que retroceder hasta 2002, año en que la economía nacional tocó fondo como consecuencia de la peor crisis económica y social de la historia argentina. Ese año se registraron caídas interanuales que rozaron un 17%, más precisamente en marzo.
Analistas privados y cámaras sectoriales estiman que, pese a la flexibilización de las restricciones para circular y producir, mayo y junio también mostrarán significativas bajas en la actividad económica y anticipan que una buena parte del sector privado tendrá que cerrar sus puertas. La caída del PBI anual oscilará entre el 10 y el 13 por ciento, según las estimaciones privadas.
El desplome más importante se vislumbró en abril en la actividad de la construcción, que se desbarrancó un 86,4% internaual. Pero las bajas fueron significativas, profundas y generalizadas: Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales (-72,1%), Industria manufacturera (-34,4%), Comercio mayorista, minorista y reparaciones (27%), Servicios sociales y de salud (32,6%) y Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (10,3%).
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