
Trapaglia expresó «cuando el distanciamiento está a punto de volverse definitivo es inútil esgrimir razones para mantenerlo, es entonces cuando la reflexión bioética debe considerar, desde una perspectiva de derechos humanos, el derecho a los cuidados paliativos integrales».
El proyecto remite a los casos en que la persona que pretenda hacer el acompañamiento y el paciente grave o terminal se encuentren en distintas provincias, que se articulen los medios necesarios para que la primera pueda trasladarse a la provincia donde se encuentra la segunda. Y aclara que la persona que pretenda hacer el acompañamiento del paciente grave o terminal se comprometa a cumplir y respetar los protocolos y recaudos que le sean solicitados, tanto previos como posteriores a tomar contacto con el paciente, y se haga cargo de los costos derivados de los mismos.
«Este proyecto se orienta a mitigar los sufrimientos del proceso de desaparición física, o en sentido positivo a propiciar una posible recuperación por parte de un paciente grave, que muestra mejorías luego del contacto con gente de su entorno, ya sea familia, amigos y/o vecinos, a la cual se encuentra unido por lazos sentimentales» manifestó la diputada.
