En septiembre de 2024 arribaron al Aeropuerto Arturo Merino Benítez, en Santiago de Chile, dos cargamentos declarados como material cadavérico con fines educativos. Su contenido sorprendió a las autoridades: 30 piernas humanas embaladas y destinadas a prácticas de docencia médica.
Jorge Brizuela Cáceres
El Federal Noticias

El importador fue el Centro de Entrenamiento Médico Quirúrgico SpA, que justificó la compra en la necesidad de suplir la escasez de cuerpos disponibles para la formación de estudiantes y profesionales de la salud.
Sin embargo, Aduanas retuvo el cargamento y la Subsecretaría de Salud Pública negó la autorización de ingreso. El argumento fue que la normativa nacional —enmarcada en el Código Sanitario— solo permite el uso de restos humanos en docencia e investigación cuando provienen de donación voluntaria dentro del país.
Déficit de material para docencia médica
El caso puso sobre la mesa un problema que no es nuevo. En Chile y en otros países de América Latina, la donación de cuerpos para docencia es escasa. Universidades y hospitales reclaman desde hace años que no cuentan con material suficiente para la enseñanza práctica de anatomía y cirugía.
En contraste, Estados Unidos se ha convertido en proveedor internacional gracias a la existencia de empresas privadas conocidas como body brokers. Allí, la ley prohíbe la venta de órganos para trasplantes, pero permite la comercialización de tejidos y partes de cadáveres con fines educativos y científicos.
¿Negocio o necesidad?
La importación de las 30 piernas desde EE. UU. desató un debate inevitable.
- Defensores: sostienen que se trata de una necesidad legítima para formar médicos mejor preparados.
- Críticos: denuncian que la compra de restos humanos degrada la dignidad de la persona y abre la puerta a prácticas abusivas.
En 2017, la agencia Reuters reveló cómo empresas norteamericanas compraban cuerpos donados y luego vendían torsos, extremidades y cabezas. Muchas familias desconocían que los restos de sus seres queridos eran fraccionados y comercializados.
El marco legal
En Chile, el Código Sanitario (artículo 144) establece que toda internación de cadáveres o restos humanos requiere autorización sanitaria. La posición del Ministerio de Salud es clara: solo la donación nacional voluntaria es aceptable, y no hay norma que habilite la importación comercial.
El resultado es que el marco legal bloquea las importaciones, pero tampoco ofrece soluciones prácticas frente al déficit de cuerpos.
Modelos internacionales en contraste
- Estados Unidos: mercado regulado de tejidos humanos, con empresas privadas que abastecen a universidades.
- Unión Europea y América Latina: prohibición absoluta, solo donaciones altruistas bajo control estatal.
- China e India: mercados opacos y cuestionados por violaciones a derechos humanos, como el uso de prisioneros ejecutados o el saqueo de cementerios.
Cada modelo tiene costos: donde hay mercado, abundan las críticas éticas; donde hay prohibición, persiste la escasez.
Opinión pública y silencio oficial
El caso generó repercusión mediática, pero el Ministerio de Salud chileno evitó dar cifras oficiales sobre la disponibilidad de cuerpos para docencia. Mientras tanto, las 30 piernas permanecen almacenadas en una bodega del aeropuerto, sin que exista una solución clara.
Lo cierto es que los estudiantes de medicina son los más perjudicados. Sin acceso a material real para entrenar, la enseñanza práctica se ve limitada y la calidad de la formación médica queda en entredicho.
La vida y la moral
El cargamento de 30 piernas humanas retenidas en Santiago expone una paradoja latinoamericana: los Estados bloquean cualquier vía de mercado en nombre de la bioética, pero tampoco logran garantizar un sistema de donaciones suficiente.
La consecuencia es clara: estudiantes sin práctica adecuada, médicos con menos entrenamiento y pacientes que terminan pagando el precio de un sistema rígido.
El desafío no es ignorar la dignidad humana, sino crear reglas transparentes que garanticen trazabilidad y respeten la libertad individual de decidir qué hacer con el cuerpo después de la muerte.