La familia Monti fue su creadora en los años 40, y compitió durante tres décadas hasta que se fue del mercado. Ahora sus nuevos fabricantes apuestan por la nostalgia.
En la década del 40 del siglo pasado, una gaseosa de industria nacional intentó darle batalla al gigante mundial Coca Cola, a través de una intensa inversión publicitaria y una gran presencia en kioscos. Si bien dio pelea durante algunos años, desde los 40 hasta mediados de los 70, la Bidú Cola salió del mercado poco a poco. Sin embargo, en abril pasado, una PyME Nacional decidió traerla de regreso y apelar al golpe nostálgico.
Los ideólogos de la gaseosa fueron los hermanos Monti (Genesio, Abramo, Battista, Antonio y Francesco). Ellos habían llegado a Luján, provincia de Buenos Aires, desde Lombardía y con los ahorros que tenían abrieron una fábrica de bebidas en 1888. Una década más tarde Unión Italiana Hermanos Monti, como se llamaba la sociedad, firmó el primer contrato de distribución de cerveza Quilmes. Pero los fratelli tenían los ojos puestos en el éxito de Coca Cola a nivel internacional.
Algunos de los cinco ya habían emprendido el regreso a Italia, pero los que se quedaron empezaron a experimentar para elaborar su propia versión de la gaseosa. Usaron agua con gas, hierbas, cítricos y endulzantes hasta que en 1940 lanzaron la Bidú. Pronto la bebida se volvió popular con su botella verde y su gran presencia en los medios tradicionales. No dudaba en hacer referencia a su competidor en sus publicidades, su nombre formaba parte de un conocido programa radial de preguntas y respuestas (‘Bidú a todo o nada’) y lentamente la marca ganó su lugar en kioscos y bares.
Pero los Monti se desprendieron de Bidú en 1950 cuando comenzó a fabricarla The Orange Crush Co, que distribuía la reconocida gaseosa sabor naranja en la región. El nieto de uno de los fundadores luego llegó a ser primer ministro italiano en 2011: Mario Monti. Actualmente la empresa familiar continua en pie bajo el nombre Casa Monti, y es distribuidora oficial de Cervecería y Maltería Quilmes en Luján.
Si bien la marca logró expandirse por el país y a nivel internacional (llegó a Ecuador, Uruguay, Perú y Venezuela), no pudo con el músculo distribuidor de Coca Cola. Primero desapareció de Buenos Aires y luego del interior. Crush dejó de envasarla en los 1963 y a mediados de los 70 ya no se conseguía.
A más de cuatro décadas de su extinción, una pyme nacional la revivió. En abril pasado, Bebidas Mass, que cuenta con una planta en el Parque Industrial de Quilmes donde elaboran agua, soda y fernet cola, anunció su relanzamiento en formato botella y sabor limón, naranja y cola. «Bidú es un pasado compartido, un recuerdo colectivo, una razón más para invitarnos a no bajar los brazos», indica en su web oficial.