El acuerdo de precios máximos y la emisión descontrolada de pesos son medidas que chocan entre sí.
Por José Ignacio Sbrocco
El Federal Noticias
La decisión del Gobierno nacional de poner «platita» en el bolsillo de los argentinos luego de la paliza sufrida en las PASO del 12 de septiembre último va a contramano con la principal urgencia de la Casa Rosada: frenar la inflación.
El poder adquisitivo de los argentinos se deterioró en el último año y medio y fue una de las principales causas de la derrota del gobierno en las elecciones. No la única, claro. Ante eso, el presidente, Alberto Fernández, sacó a Paula Español de la Secretaría de Comercio Interior y puso a Roberto Feletti en su lugar, que como primera medida, impuso los precios máximos. Esta decisión va a provocar desabastecimiento, advierten los productores, porque nadie va a producir a un costo mayor que el precio de venta. Nadie produce a pérdidas.
El «plan platita» se paga con déficit fiscal. Esto pasa cuando el Estado gasta más de lo que recauda. Esa diferencia entre ingresos y egresos se cubre de dos maneras: deuda o emisión monetaria. Con los mercados prácticamente cerrados, la única alternativa que tiene el Gobierno es pedirle al Banco Central que imprima pesos para pagar el clientelismo, para ver si puede dar vuelta la elección. Está claro que ese es el único objetivo del gobierno de Alberto Fernández. Aunque ni el más optimista de los habitantes de la Casa Rosada cree que podrá dar vuelta el resultado de septiembre.
Según datos del Ministerio de Economía, el Sector Público Nacional (SPN) registró en septiembre un déficit primario de $155.525 millones y un déficit financiero de $209.703 millones. De esta manera, al mes de septiembre se acumula un déficit primario de $798.883 millones (1,9% del PBI) y un déficit financiero de $1.292.111 millones (3,0% del PBI).
Sólo en 2021, la emisión monetaria en el país alcanzó los 950.000 millones de pesos, según el economista Christian Buteler.
Sacando a Venezuela, Argentina es el único país de América Latina que tiene una inflación de dos dígitos. A julio de este año, la inflación anual en nuestro país era de 51,8%; en Brasil de 9%; en República Dominicana 7,88%; en Uruguay de 7,3%, en México de 5,8%; en Chile de 4,5%, en Colombia de 3,97%, en Perú 3,95% y en Ecuador de 0,45%.
Mientras no haya equilibrio fiscal, será muy difícil ganarle la batalla a la inflación. El Gobierno sólo tuvo una idea para frenar el aumento de precios: determinar el congelamiento bajo amenaza de aplicar la ley de desabastecimiento. Muy poco para un problema grave de la Argentina, como es la falta de confianza en la moneda nacional.