El viernes 5 de septiembre de 1975, el grupo brindó dos recitales en el Luna Park, en la misma noche.
Hugo Roldán
El Federal Noticias
BUENOS AIRES.- Este viernes 5 de septiembre se cumplen 50 años de los dos shows de despedida, de Sui Generis, en el estadio Luna Park, de la Ciudad de Buenos Aires. Para muchos, esa noche, Charly García y Nito Mestre, «mataban la gallina de los huevos de oro.»
La primera actuación arrancó a las 20:30, con una asistencia de 14.600 personas. Ante la gran demanda de entradas se realizó un segundo espectáculo, que dio inicio después de las 23:00, con la participación de un poco más de 11.000 fanáticos.
La despedida de Sui Generis, se convirtió en uno de los recitales más largos en la historia del rock argentino, comparable solo con otros hitos como el concierto de Luis Alberto Spinetta y Las Bandas Eternas.
Los recitales fueron registrado por cuatro cámaras, bajo la dirección de Bebe Kamin, quien más tarde lanzó una película documental sobre el concierto que se convirtió en una pieza fundamental para preservar la memoria de aquella noche.
La actuación también fue inmortalizada en un disco doble, que capturó la intensidad emocional del evento.
Entre las canciones más emblemáticas de esa noche, se destacaron «Rasguña las piedras» y «Canción para mi muerte», clásicos que consolidaron a Sui Generis como el grupo que marcó a toda una generación.
Charly y Nito, quienes se conocieron en el Colegio Dámaso Centeno, compusieron «himnos» como Canción para mi muerte, Necesito y Natalio Ruiz, el hombrecito del sombrero gris, que reflejaban la vida y los sentimientos de los jóvenes de los ’70.
Según García, la decisión de separarse respondió a la sensación de estancamiento del grupo: “Sui Generis tenía que terminar en algún momento. Este era el mejor momento para hacerlo”, declaró semanas antes del recital.
Nito Mestre recordó que la idea de finalizar el proyecto surgió en 1974, ante dificultades técnicas y la falta de apoyo para internacionalizar la banda. Ambos coincidieron en que la separación fue un acuerdo mutuo, buscando cerrar un ciclo de manera memorable para su público.
Hoy se recuerda no solo la música del dúo sino también el efecto que tuvo en la sociedad argentina. Sus canciones acompañaron varias generaciones y marcaron el inicio de una etapa fundamental del rock nacional, dejando un legado que sigue vigente y cuya influencia se percibe en músicos y fanáticos de todas las edades.

