Se trata del vertido directo y sin tratamiento de aguas cloacales desde las localidades bolivianas de San José de Pocitos y Yacuiba hacia territorio argentino.

La Cámara de Diputados de Salta aprobó por unanimidad un proyecto que reclama gestiones urgentes ante Cancillería por el vertido de desechos cloacales desde localidades bolivianas hacia Salvador Mazza. Legisladores advierten severos daños sanitarios, ambientales y sociales.
Legisladores aprobaron por unanimidad un proyecto de Declaración que insta al Poder Ejecutivo Provincial a intervenir, mediante la Secretaría de Relaciones Institucionales e Internacionales, ante el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Nación, para resolver una situación crítica que afecta al municipio Profesor Salvador Mazza, en la frontera norte del departamento San Martín.
Se trata del vertido directo y sin tratamiento de aguas cloacales desde las localidades bolivianas de San José de Pocitos y Yacuiba hacia territorio argentino, específicamente en la zona de la quebrada internacional conocida como Quebrada de Galarza. Esta situación genera un grave foco de contaminación que pone en riesgo la salud pública, la biodiversidad local y la calidad de vida de cientos de familias salteñas.
El diputado Edgar Gonzalo Domínguez, del bloque justicialista Gustavo Sáenz Conducción, fue el autor de la iniciativa legislativa que unificó propuestas junto a su par Gladys Paredes. Durante su intervención, Domínguez describió la alarmante situación sanitaria y ambiental que padecen los vecinos de los barrios Sector 5, El Sauzal, Arenales y otras comunidades, quienes conviven a diario con aguas negras, olores nauseabundos y espuma contaminante que afecta también al agua de pozos subterráneos.
El legislador explicó que esta problemática se visibilizó durante una visita a la escuela de la comunidad La Bendición: “Ahí nos dimos con que para pasar la quebrada estaban toda la materia fecal del país vecino”, relató. Tras tomar muestras y elaborar un informe técnico junto a un ingeniero, se confirmó la gravedad del caso.
Domínguez remarcó que la quebrada internacional ya se convirtió en “un arroyo de aguas negras” y advirtió que, además de afectar directamente a las personas, “también está lastimando la biodiversidad, la flora y la fauna”, ya que muchos animales consumen ese agua contaminada.
En este marco, el diputado pidió avanzar en una solución diplomática urgente que permita alcanzar un acuerdo bilateral con el Estado Plurinacional de Bolivia. “Queremos una solución sin romper relaciones, pero desde el lado boliviano no hay voluntad de cambiar todo esto”, denunció.
Por su parte, la diputada Gladys Paredes también subrayó la necesidad de intervención nacional e internacional. Recordó que en 2021 se realizó una reunión con autoridades de Cancillería, representantes locales y especialistas para visibilizar esta situación, y reclamó el cumplimiento de los tratados vigentes que garantizan el derecho a un ambiente sano.
“Esperamos que este proyecto impulse una respuesta definitiva que permita restituir condiciones dignas de vida a las familias afectadas del norte salteño”, concluyó.