Están habilitados para votar 35.394.425 argentinos para las elecciones más reñidas y extrañas de los últimos tiempos. El domingo a la noche se conocerán los resultados.
La moneda está en el aire. Tal como estaba previsto en el cronograma electoral, mañana se realizarán las PASO que ungirá a los candidatos que competirán en las elecciones nacionales del 22 de octubre. La novedad del caso es que estas primarias se realizarán bajo una apatía descomunal y una sociedad convulsionada por las muertes que opacaron los cierre de campaña.
Muchos argentinos concurrirán a votar sin saber bien qué se vota. Sólo a modo educativo, en las provincias donde se votan sólo los cargos nacionales, hay cuatro categorías para elegir: la fórmula de presidente y vicepresidente; parlamentario de parlasur distrito nacional, diputados nacionales y diputados del parlasur del distrito. En ocho provincias también se elegirán senadores nacionales: San Juan, San Luis, Santa Cruz, Buenos Aires, Jujuy, Formosa, La Rioja y Misiones.
Por primera vez en mucho tiempo las encuestas dejaron de ser un factor clave en el escenario electoral. La cantidad de errores en las elecciones provinciales fulminó la credibilidad de los estudios de opinión pública que empezaron a actuar como factores de operaciones políticas. Ya dejaron de ser una brújula que permitía intuir un resultado electoral.
Es tal la apatía que sólo un pequeño porcentaje de los encuestados terminaba de responder todo el cuestionario. La proyección de esos pocos datos llevó al yerro a la mayoría de las consultoras, al menos en las previas provinciales. ¿A dónde irán a parar los votos de los que no respondieron las encuestas previas? El domingo a la noche se sabrá si es que finalmente fueron a votar, si optaron por algún candidato o si en cambio canalizaron la bronca hacia el voto blanco o nulo. Ya habrá tiempo para analizar los resultados.
Esta apatía también puede medirse por la situación económica del país. Una inflación superior al 115 por ciento anual y el dólar blue que batió récords todos los días de las últimas dos semanas impactan de lleno en el ánimo de los ciudadanos. Y una cosa está relacionada con la otra, porque el aumento de la divisa norteamericana incide en los precios domésticos.
Otras variables macroeconómicas como la cantidad de reservas en el Banco Central, el déficit fiscal, la balanza comercial son datos que para la mayoría de los argentinos pasan inadvertidos.
Pero los episodios de inseguridad y muertes de los últimos días sí afectaron a gran parte de la sociedad. La muerte de Morena Domínguez, una niña de 11 años, que fue abordada por dos motochorros para robarle el celular cuando se dirigía a la escuela en Lanús; o el asesinato del cirujano Juan Carlos Cruz, en Morón, cuando estacionaba cerca de su casa y le robaron el auto, conmocionaron a la opinión pública. Otra muerte fue la del ex guerrillero de las FARC, que fue detenido por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y murió de un infarto.
¿Cómo pueden repercutir estas muertes el domingo? Muy pronto lo sabremos.