Durante el primer mes de presencialidad, solo un 0.17% del total de personas que asisten a las escuelas porteñas fueron casos positivos de covid-19.
Sobre un total de 700.518 personas que concurren diariamente a las escuelas, con un 89% de presentismo de estudiantes se detectaron 1215 casos de COVID positivo, lo que convierte a la ciudad de Buenos Aires en un caso relevante para repensar la escolaridad post-pandemia.
Sobre los casos positivos se desprende un 60% de casos en docentes y un 40% en estudiantes.
El trabajo en burbujas como soporte de los protocolos establecidos para dar forma a la presencialidad indicaron el aislamiento preventivo de 494 burbujas sobre un total de 45.056.
La experiencia que lleva adelante la Ciudad de Buenos Aires indica que los protocolos se encuentran en permanente construcción y revisión de manera dinámica para ajustarse a la realidad de cada institución y distrito.
Además de señalar que las escuelas no son focos de contagio con un impacto significativo en lo social como en el aprendizaje para los estudiantes de todos los niveles.
La discusión de la vuelta al aula atravesó a todo el arco político, gremial y opinión pública en general debido a la importancia que debe tener la educación para el desarrollo personal y comunitario.
Las críticas que rodearon a la Ministra de Educación porteña Soledad Acuña sobre el plan que impulsó para re-vincular a los niños y adolescentes de la ciudad en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio han quedado desdibujadas en la práctica.
Es más en base a la evidencia registrada el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires está pudiendo avanzar en algunas modificaciones para mejorar la presencialidad como habilitar comedores con el uso de cocinas con almuerzos al aire libre y el uso de tapabocas en períodos más cortos.
]]>