
BUENOS AIRES.- El kirchnerismo duro recibe todos los días partes sobre la situación económica en la provincia de Buenos Aires, especialmente del conurbano, quizá el campo de batalla de toda elección nacional. Con esos informes, el kirchnerismo avanza sobre la gestión económica del ministro Martín Guzmán.
El gobierno está entre la espada y la pared. Por un lado, La Cámpora presiona para que este año no se paguen vencimientos de la deuda y se usen todos los recursos para combatir los efectos de la pandemia, agravados por la pésima gestión del presidente Alberto Fernández.
En concreto, el sector del Frente de Todos que responde a la vicepresidenta Cristina Kirchner quiere que los Derechos Especiales de Giro (DEG) que el FMI va a mandar a sus países miembros en agosto no se use para pagar deuda sino para combatir los efectos de la crisis. Además, presiona para que el gobierno entregue nuevamente los Ingresos Familiares de Emergencia (IFE) y el ATP.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, ya avisó que el país no está en condiciones de implementar nuevamente esos programas, que el año pasado se sostuvieron con la emisión monetaria y que hoy son consecuencia de los aumentos de precios.
Mientras el kirchnerismo avanza con una agenda para meter mano a los pocos recursos nacionales, Guzmán se encontraba reunido en Europa con técnicos del FMI para consensuar la postergación de los vencimientos de deuda. Difícilmente el FMI acepte algún tipo de postergación si en el plano local lo único que se piensa es en gastar los recursos con fines electoralistas.
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