Roberto Sánchez y Germán Alfaro mantienen la idea de encabezar la fórmula de gobernador y ninguno parece ceder.
José Ignacio Sbrocco
EL FEDERAL NOTICIAS
TUCUMAN.- El frente Juntos por el Cambio se encamina hacia una ruptura definitiva en Tucumán. Ni Germán Alfaro ni Roberto Sánchez tienen intenciones de resignar la candidatura a gobernador, algo que a priori, alimentaría la posibilidad de que Osvaldo Jaldo se convierta en el próximo gobernador de la provincia.
En la última reunión de la mesa de Juntos por el Cambio el radicalismo llevó algunas propuestas y desde el alfarismo respondieron con otras posibilidades. No hubo acuerdo, quedaron en seguir analizando, pero ni Alfaro ni Sánchez volvieron a dialogar desde entonces.
Un sector del radicalismo, integrado por Sánchez, Mariano Campero, Silvia Elías de Pérez y José Cano tuvieron algunos contactos entre sí para analizar el escenario. Primera curiosidad: la mesa del radicalismo está integrada por dos dirigentes que en 2021 pensaban que iban a jubilar a los otros dos. Otro actor con voz en este tándem es el funcionario kirchnerista Ariel García, delgado del Enargas en la provincia y que en la última elección jugó abiertamente en favor del kirchnerismo.
El centenario partido pretende que si Alfaro encabeza la boleta de gobernador, el candidato a la intendencia de la Capital debe ser radical. Mientras que Alfaro considera que su sucesor debe ser designado por él mismo, como en Concepción, Bella Vista y Yerba Buena cada intendente nominó a alguien de su equipo para continuar la gestión.
Para este sector del radicalismo, Alfaro debería tener un gesto de grandeza y aceptar ser el vicegobernador y elegir su candidato en la Capital.
Sin embargo, Alfaro ya avisó a los miembros de su equipo que en las elecciones saldrán solos. El razonamiento es que si no hubo posibilidad de hacer un acuerdo entre noviembre y marzo, difícilmente ocurra sobre la hora. Aunque en política todo puede pasar.
La decisión de Alfaro de competir en soledad va de la mano con una noticia que recibió en las últimas horas. Esos datos le habrían dado con chances aún en un escenario dividido y con muchas posibilidades de garantizar la continuidad del PJS en la intendencia capitalina, en un mano a mano con la candidata oficialista.
Para Alfaro es posible ganar en la provincia, aún en un escenario dividido. Los datos que recibió en estos días le indican que Jaldo tiene un techo cercano al 35 por ciento con alta imagen negativa, lo mismo que Juan Manzur.
«Germán cree que puede ganar y por eso está decidido a dar la pelea», señaló un radical ligado a Alfaro.
La desconfianza es mutua. Desde el radicalismo creen que Alfaro apuesta por la ruptura por un acuerdo con la Casa de Gobierno, mientras que desde el alfarismo sospechan lo mismo del tándem radical. En la mesa chica de Alfaro cuestionan la falta de vocación de poder de los dirigentes del centenario partido.
Desde la UCR creen que el oficialismo ya tiene ganada la elección. «Están discutiendo para ver quién sale segundo», se resignó un dirigente rojo.
En toda esta película, hay algunas cuestiones que los dirigentes de Juntos por el Cambio no tuvieron en cuenta. Uno de los puntos fuertes de la alianza opositora son los voluntarios el día de las elecciones. Ese día se necesitarán entre 20 y 35 millones de pesos sólo para fiscalizar. Muchos que fueron voluntarios en las últimas elecciones ya están avisando que no van a hacerlo este año. «No les voy a regalar un domingo. Si no van juntos, la elección está perdida», se resignan.
El problema es que a este punto, aún yendo juntos, será una campaña complicada entre dos personas que ni se hablan.


