La vicepresidenta no pudo conseguir su impunidad en la causa Vialidad, con el agravante que podrían reimpulsarse los expedientes por Hotesur y Los Sauces. La verdadera causa que hay detrás de la decisión de no competir en 2023.
Por José Sbrocco
El Federal Noticias

El renunciamiento de Cristina Kirchner a competir en las elecciones del próximo año tiene un sólo significado: no pudo lograr la impunidad, que fue el único propósito que tuvo desde que diseñó el modelo que llevó al peronismo nuevamente al poder luego de los cuatro años de Cambiemos.
Cristina Kirchner tiró la toalla. Para la Justicia argentina pero sobre todo para el mundo entero, fue la primera vicepresidenta en funciones en ser condenada por delitos de corrupción. Una mancha difícil de borrar.
La condena significó, en primera instancia, que Cristina Kirchner usó el poder para defraudar al Estado a través de la concesión de obras públicas al amigo empresario Lázaro Báez. Aunque no está firme el fallo aún, la sentencia del Tribunal Número 2 también la inhabilitó para el ejercicio de cargos públicos.
En diciembre de 2017, luego de haber perdido las elecciones en la provincia de Buenos Aires frente a Esteban Bullrich, Cristina Kirchner se reunió con Alberto Fernández después de mucho tiempo, preocupada por el destino judicial de las causas donde estaba involucrada. Allí comenzó el acercamiento de la fórmula con la que desalojaron de la Casa Rosada a Mauricio Macri.
Desde entonces, Alberto Fernández hizo intensas gestiones para lograr la impunidad de Cristina. Lo que no esperaba el mandatario era que los jueces ya no respondían a sus llamados.
En 2020, Alberto Fernández -ya como Presidente- se reunió con uno de los vocales de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a quien mostró un borrador de Carlos Beraldi, el abogado de Cristina. El juez se retiró ofendido y perplejo de la reunión por la insinuación del mandatario. A partir de allí, se quebró la relación entre el Presidente y el Poder Judicial.
Con las cartas echadas, el Gobierno volvió a insistir con la agenda judicial, que no es más ni menos, que la agenda de la vicepresidenta. Reforma del Poder Judicial, ampliación de los integrantes de la Corte Suprema, reforma del Consejo de la Magistratura, entre otros, fueron los temas que circularon por el Congreso dela Nación mientras la inflación carcomía los bolsillos de los argentinos.
Cada día quedaba más claro que la agenda judicial era para liberar a Cristina Kirchner de lo que no pudo escapar el martes pasado: para el mundo entero fue una condenada por hechos de corrupción bajo su gobierno.
En el plano político, esta suerte de renunciamiento, liberó a Cristina Kirchner de tener que competir el año próximo. La principal preocupación la tienen los dirigentes del conurbano bonaerense que no podrán pegar sus nombres en una boleta junto con la vicepresidenta. En ese territorio, la presidenta del Senado reúne mayor intensión de voto que cualquier otro dirigente del Frente de Todos.
El silencio o el nulo acompañamiento tras la condena motivó a la vicepresidenta bajarse de las próximas elecciones. Si la intención de Cristina era convocar a un operativo clamor para seguir en carrera, nadie lo interpretó.