El padre Gabriel Romanelli, resultó herido en el ataque a la iglesia Sagrada Familia.
Hugo Roldán
El Federal Noticias
FRANJA DE GAZA.- En la mañana de hoy Israel bombardeo la Franja de Gaza y destrozó parte de la única iglesia católica. Resultó herido el cura argentino, Gabriel Romanelli.
El ataque dejo un saldo de cuatro muertos y siete heridos, en la Iglesia de la Sagrada Familia, situada en el norte de Gaza, según confirmó el Patriarcado Latino de Jerusalén en un comunicado.
Dos de las víctimas se encuentran en grave estado y el párroco está hospitalizado con lesiones en una pierna.
El director interino del Hospital Al-Ahli, Fadel Naem, comentó: “el templo acogía tanto a cristianos como a musulmanes, incluidos varios niños con discapacidades”
Israel emitió un comunicado en el que informó: “Las FDI están al tanto de los informes relativos a los daños causados a la Iglesia de la Sagrada Familia en la ciudad de Gaza y las víctimas en el lugar. Se están examinando las circunstancias del incidente“.
El padre Romanelli tiene 54 años, es el único argentino que vive en Gaza y está en Medio Oriente desde hace más de 30 años. Era él quien se comunicaba casi a diario con el Papa Francisco para informarle la situación de la región.
Papa León XIV solicitó e alto el fuego inmediato, diálogo y paz en la región
El Papa León XIV renueva su llamamiento a un «alto el fuego inmediato» en la Franja de Gaza y expresa su «profunda esperanza» de «diálogo, reconciliación y paz duradera en la región». Así se lee en un telegrama firmado por el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, tras el ataque militar israelí de hoy contra la iglesia católica de la Sagrada Familia en Gaza. El ataque ha causado muertos y varios heridos, entre ellos el párroco Gabriel Romanelli, que ha resultado levemente herido en una pierna y ha sido atendido rápidamente en el hospital local Al-Ahli de la ciudad de Gaza.
El Pontífice se dirige precisamente al padre Romanelli en el telegrama, en el que se dice «profundamente entristecido» por este ataque a la parroquia, que desde el comienzo de la guerra ha dado refugio a más de 500 personas que huían. El Papa León, al confiar las almas de los difuntos a la «amorosa misericordia de Dios Todopoderoso», asegura su «cercanía espiritual» a toda la comunidad y sus oraciones «por el consuelo de los que están de luto y por la curación de los heridos».