Gustavo Gentili, sus hijos, su segunda esposa, un presunto testaferro y financistas, fueron procesados y embargados por más de $2000 millones.
Hugo Roldán
El Federal Noticias

BUENOS AIRES.- El ex-Director General de Vialidad y del Órgano de Contralor de las Concesiones Viales (OCCOVI), Gustavo Gentili, fue procesado por el Juez Federal Sebastián Casanello por presunto lavado de dinero durante su gestión. También están acusados sus hijos, su segunda esposa, un presunto testaferro y financistas uruguayos.
Según la Justicia, el funcionario obligaba a contratar a su consultora para otorgar las concesiones y luego blanquear los dividendos. El ex-funcionario kirchnerista ya había sido procesado en 2021 y ahora se amplió la acusación.
Para el blanqueo habrían utilizado la compra de departamentos en Montevideo, Uruguay, por montos de U$S200.000 y U$S 280.000. Además, incluyeron la simulación de un préstamo y la compra de la empresa Febaro S.A., que terminó en manos del funcionario y su segunda esposa, Laura Andino.
Juntos a Gentili y Andino, están acusados sus hijos, Santiago y Federico, su testaferro y “alter ego”, Ricardo López Naón y los financistas uruguayos Daniel Pérez Montero y Alberto Ribeiro Ricci, quienes por el momento permanecerán en libertad.
Con el dinero obtenido, también se compraron campos, ganado y maquinaría agrícola en Argentina, e incluso llegaron a comprar rubíes, diamantes, autos de colección y viajes por el mundo.
Sus hijos afirmaron que el dinero no provenía de la corrupción sino que parte era de una gran herencia de un supuesto tío que recibió su padre; incluía propiedades y alrededor de 10 mil hectáreas de campo. Gentili se negó a declarar.
En un correo electrónico, al que tuvo acceso la Justicia se puede leer: ““Técnicamente es una donación del padre, pero no lo podemos decir porque si se escarba, explota todo!!!!”. El correo electrónico fue enviado por el supuesto testaferro, López Naón, a un colaborador, luego de que dos departamentos fueran puestos a nombre de los hijos de Gentili.
El Juez Casanello sostiene que todo fue montando para ocultar el dinero negro, que conseguían mediante los contratos de Consular Consultores Argentinos Asociados S.A. a los que las empresas eran obligadas a girar dinero para evitar problemas.
Para el blanqueo habrían utilizado la compra de departamentos en Montevideo, Uruguay, por montos de U$S200.000 y U$S 280.000. Además, incluyeron la simulación de un préstamo y la compra de la empresa Febaro S.A., que terminó en manos del funcionario y su segunda esposa, Laura Andino.
