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NEUQUEN.- El senador nacional por Neuquén Oscar Parrilli (Frente de Todos) parece darle la razón a la vicepresidenta Cristina Kirchner cuando lo trató de «pelotudo», según los audios de las conversaciones telefónicas que mantuvieron.
En su discurso, durante el debate sobre la reforma judicial, Parrilli solicitó eliminar la cláusula que habilitaba a los magistrados a realizar denuncias ante el Consejo de la Magistratura, en caso de sentirse presionado por los «poderes mediáticos». Lo curioso es que él mismo había pedido su incorporación. Borró con el codo lo que escribió con la mano.
«Sirvió, tiramos el anzuelo y saltaron todos los grupos mediáticos y muchos políticos que repiten eso. Se cumplió el objetivo. Le sacamos la palabra mediático que tanto susto les daba», ironizó Parrilli durante la sesión especial.
Cuando Parrilli quiere ser gracioso le salen estos chistes que sólo él cree que son buenos. Pero por otro lado del análisis tal vez se vio perder mucho terreno en la credibilidad de la gente, que aparte de cansada por esta larga cuarentena le ha perdido la confianza a un Gobierno que no logra hacer pie en la empatía de la gente.
Entonces en un rapto de lucidez se dio cuenta que era terminar de ponerse la gente en contra y en este momento que vive el país, realmente no es necesario.
Tal vez sacando el pie del acelerador y cediendo esta pieza trate de sacar la ley en la Cámara de Diputados que por ahora le es esquiva porque no tiene la mayoría de los votos.
En otro fragmento de su argumento dijo que «cuando estábamos discutiendo ese inciso, me vino a la memoria, un programa de televisión de un grupo mediático, que utilizando a un periodista estrella, salió por televisión a decir que había que salir a escrachar a un juez, que había que agredirlo, y hasta incitó a que vayan a la escuela donde iban sus hijos a agredirlos, a ese nivel llegó».
«Como armaron una gran bataola de este tema diciendo que nosotros no queremos libertad de prensa, y lamento que haya algunos senadores que se hayan prendido, porque parecen títeres de los medios de comunicación», apuntó.
Finalmente, aceptó quitar la palabra «poderes mediáticos»: «Para sacar estos fantasmas. Y como el objetivo sirvió. Se tragaron el anzuelo, la línea, la caña, se tragaron todo. Pero la discusión está y se hizo, ese era el objetivo».
¿A que juega Parrilli? ¿Parrilli es o se hace?
A Cristina no le cabe duda de lo que es, pero también le sirve porque es un mayordomo ideal y leal. Esperemos ver el próximo chiste de Parrilli y tal vez postularlo para «Peligro sin codificar» porque su humor es de esas características, bizarro y para un público especial.
Mientras tanto queda esperar que el proyecto de reforma judicial pase por la Camara de Diputados y determinen su necesidad o no.
Tal vez Cristina sacándose el sayo ya se explayó diciendo que «la reforma es de Alberto Fernández» y que es «innecesaria» y cediéndole así una posible derrota en la cámara baja al Presidente, o tal vez trata de demostrar poco interés por una reforma que le hubiese traído muchos beneficios y que hoy le duele la posibilidad de no lograrla.
La palabra la tienen los señores diputados.
Por otro lado Parrilli es a Cristina lo que el personaje del cuento del pelotudo del pueblo es a los parroquianos, que le tiraban monedas de $0,50 y $1 y se reían porque el pelotudo se llevaba las de 50 centavos porque eran mas grandes que las de 1 peso.
¿Será?
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