
SAN MIGUEL DE TUCUMAN.- El escándalo institucional que desató la denuncia del juez del Tribunal de Impugnaciones de la Capital Enrique Pedicone contra el vocal de la Corte Suprema de Justicia de la provincia Daniel Leiva, puso la lupa sobre todos los integrantes del máximo tribunal provincial.
Los cinco miembros de la Corte tucumana fueron designados por las gestiones de José Alperovich y Juan Manzur. Cuatro de ellos fueron funcionarios de sus gobiernos antes de recalar en tribunales.
Pedicone denunció en la Justicia el 1 de septiembre a Leiva por supuesto tráfico de influencias, coacción y violación de los deberes de funcionario público. En su escrito, Pedicone dijo que Leiva lo convocó a un bar el 28 de julio para pedirle que «manejara la intensidad» de la denuncia por abuso sexual contra el legislador Ricardo Bussi, ya que era funcional al oficialismo. Ese día había una audiencia por ese caso.
Leiva se presentó en ese encuentro como un enviado del vicegobernador Osvaldo Jaldo y del gobernador Juan Manzur para hacer ese curioso pedido: cajonear la denuncia contra un legislador que fue electo por la oposición pero que las máximas autoridades provinciales lo señalan como «funcional» al gobierno.
Leiva siempre fue ladero del vicegobernador. Cuando Jaldo fue ministro del Interior en el gobierno de José Alperovich, Leiva era el secretario de Grandes Comunas. Con la asunción de Manzur, Leiva pasó a ser fiscal de Estado. Desde allí saltó a la Corte Suprema de Justicia.
La oposición denunció que Leiva tuvo promedio cuatro en la Facultad de Derecho y que no era una persona independiente para ocupar un lugar en la Corte, por su pasado en el gobierno de Manzur. El oficialismo hizo valer su mayoría automática para cumplir el deseo de la fórmula gobernante. Leiva hoy aparece en escena como supuesto enviado por el gobernador y por el vicegobernador para coaccionar contra un juez.
Leiva, según fuentes que conocen el funcionamiento interno de tribunales, es el presidente en las sombras. El que arma y desarma todo dentro del Poder Judicial.

Claudia Sbdar es la presidenta formal de la Corte. Es la única de los cinco miembros de la Corte que no tuvo un paso previo por el Poder Ejecutivo provincial, pero su hijo Oscar Bercovich fue secretario privado de Alperovich. Sbdar viajó a Buenos Aires cuando el presidente Alberto Fernández anunció la reforma del Poder Judicial e integra «la comisión Beraldi», que evaluará el desempeño de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y se pronunciará sobre la posibilidad de ampliar el número de miembros del máximo tribunal de la Nación.
Daniel Posse, ex presidente de la Corte tucumana, tuvo varios pasos por el gobierno de José Alperovich. Fue secretario de Gobierno, secretario de Derechos Humanos, secretario de Ciencia y Técnica y defensor del Pueblo propuesto por el gobierno de Alperovich. Desde allí saltó a la Corte Suprema. Ahora Posse no luce sus bigotes que tenía, por ejemplo, en una visita de Néstor Kirchner a Tucumán, donde se lo veía posar contento.

Eleonora Rodríguez Campos es la última incorporación de la Corte tucumana. Siguió los pasos de Leiva: es decir, pasó de la Fiscalía de Estado al máximo tribunal provincial. La oposición denunció que la letrada no cumplía con uno de los requisitos para asumir ese cargo: los 15 años de ejercicio libre de la profesión. Sin embargo, el poco apego del oficialismo tucumano a las normas hizo que la mayoría automática de la Legislatura la ungiera como vocal de la Corte.

Antonio Estofán es el vocal decano de la Corte. También fue varias veces presidente del máximo tribunal. La pandemia lo sorprendió en Buenos Aires, desde donde hace trabajo remoto en la Corte tucumana desde hace seis meses. Insólito. Estofán también forma parte de los miembros de la Corte que tuvieron una previa por la Fiscalía de Estado, la dependencia del Poder Ejecutivo que actúa en todos los juicios contra la provincia. Llegó de la mano de su amigo Alperovich a su cargo en el Poder Ejecutivo y también a la Corte. De hecho, Alperovich operó varias veces en Tribunales para que Estofán sea el presidente del máximo tribunal.
Su futuro es incierto. Estofán se casó en 2018 con una jueza que vive en Buenos Aires. Estofán fue denunciado por su participación part time en la Corte. ¿En las elecciones del año próximo buscará ser diputado nacional para radicarse definitivamente en la Capital Federal cerca de su esposa?

El ministro Público de la provincia, Edmundo Jiménez, es sindicado como el cerebro del desembarco político en la Justicia. Ahora es el jefe de todos los fiscales. Jiménez también fue funcionario de Alperovich antes de pasar a tribunales: era el estratégico ministro de Gobierno y Justicia.

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