El Presidente de la Corte Suprema de Justicia participó del evento de firmas estadounidenses y defendió los fallos que dictaron tras las críticas del kirchnerismo.
Hugo Roldán
El Federal Noticias
El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, remarcó hoy que el máximo tribunal no está en la función pública para hacer nuevas amistades, si no para cumplir con la Constitución y defendió el trabajo de ese cuerpo al señalar que en los «últimos años» sus integrantes tomaron decisiones que «no han agradado al poder de turno».
«En los últimos años hemos tomado decisiones que no han agradado al poder de turno. No venimos a la función publica para hacer nuevas amistades si no para hacer cumplir la Constitución y garantizar una estabilidad jurídica que permita pensar a futuro«, señaló el titular de la Corte y del Consejo de la Magistratura al exponer en un encuentro organizado por la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (Amcham).
Al disertar en el panel «Institucionalidad y republicanismo» que formaba parte de este encuentro organizado en el Alvear Icon Hotel de Puerto Madero, Rosatti alertó sobre «el avance del narcotráfico y su expansión dentro del Estado».
«Vemos el surgimiento y la expansión de un estado dentro de otro. Y no me refiero a la grieta que es percibir distinto el mismo país, sino a uno dentro del otro con su propia ley, justicia, policía e interpretación. Es el caso del estado narco, que constituye el desafío de pensar un futuro en unidad dentro de la heterogeneidad», remarcó el titular del máximo tribunal.
En cuanto al funcionamiento de la Corte Suprema, el magistrado aseguró que junto a sus colegas «trabaja para modificar criterios» respecto de la función que debe cumplir «el tribunal revisor de las instancias inferiores».
«Necesitamos plenarios de los tribunales inferiores para que den seguridad y previsibilidad jurídica. Recién cuando haya un conflicto real o una nueva interpretación posible, esos casos deberían llegar a la Corte para ser tratados. Hoy se resuelven 200 causas semanales y el 60% vienen del propio Estado, que muchas veces apela para ganar tiempo, cuando se sabe cuál va a ser el resultado. Esto deben modificarse», observó.
Además, pidió que «las decisiones de la Corte sean absolutamente obligatorias para los tribunales inferiores para evitar apelaciones que solo buscan ganar tiempo».
Rosatti solicitó, del mismo modo, «acortamiento de plazos, diálogos entre los poderes, y que previo a establecer reformas sean consultados todos los que tengan algo que decir» al evaluar que «nadie mejor que la propia Justicia para saber sus falencias y proponer alternativas».