El «campo» esperaba que con el nuevo régimen cambiario, el dólar cotizara cerca a la banda superior de flotación, de $1400.
Hugo Roldán
El Federal Noticias
BUENOS AIRES.- En los últimos días de la Cuaresma, el sector agroexportador mostró preocupación frente a la cotización del dólar.
La ratificación del presidente Javier Milei de que las retenciones del 26%, instrumentadas desde marzo, se darán de baja en julio para volver a un esquema de mayor porcentaje. Además desde el Gobierno Nacional, consideran que la moneda estadounidense seguirá una tendencia bajista y tocará los $1000.
La Mesa de Enlace que coordina a las diferentes organizaciones patronales del Campo, asegura que con el cambio en la política cambiaria, se esperaba que el dólar se situara en la banda superior del nuevo esquema, cercano a los $1400 por dólar. En paralelo, celebraban el levantamiento de la restricciones cambiarias y el tener que usar un mismo dólar para vender y comprar.
Las expectativas de los productores comenzaron a descender, cuando el presidente Milei invitó en una entrevista radial, a que liquiden mientras duren las retenciones del 26% y al valor actual del dólar: “Si tienen que liquidar, liquiden ahora”, expresó en forma contundente.
Los productores esperaban una señal distinta, centrada en prorrogar las retenciones en un marco de dólar bajo a fin de mitigar el impacto adverso para las ganancias del sector.
Desde la Mesa de Enlace aseguran que , más allá de la incertidumbre y las diferencias, el diálogo con el Gobierno es muy fluido, pero que aún no hay definiciones que se encaminen a una posición de prorrogar las actuales retenciones, que ostentan un carácter provisorio.
El Poder ejecutivo Nacional pretende que los exportadores liquiden para que ingresen los necesarios dólares a las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) , mientras los productores aguardan definiciones.
Los grandes exportadores tienen un mayor margen de paciencia, pero el panorama no es igual entre los pequeños y medianos productores, quienes pintan un escenario menos amigable dada su posición de mayor vulnerabilidad.
Los sectores pequeños y medianos alertan que el impacto de una restitución de las retenciones mayores del 30% sería adverso ya que repercutiría en un perjuicio para ellos en materia financiera.

