Más espacios a dirigentes enrolados en la oposición como un guiño hacia el presidente Javier Milei. ¿Se traducirá en el envío de fondos nacionales a la provincia? una incógnita que nadie se atreve a descifrar.

TUCUMAN.- El gobernador Osvaldo Jaldo, pendiente del escenario nacional, modificó parte de su gabinete a menos de cuatro meses de iniciada su gestión al frente del Gobierno provincial.
El primero en armar las valijas fue el titular de la CGT y líder de Camioneros en Tucumán, César Torres, que tuvo que abandonar la Secretaría de Trabajo por el encolumnamiento que tuvo Jaldo cuando el Congreso debatía la llamada ley ómnibus.
El despido de Sebastián Giobellina, hasta ayer titular del Ente de Turismo, es un poco más enigmático.
Primero, porque Giobellina se enteró por los medios de comunicación que iba a ser reemplazado. Jaldo lo confirmó horas más tarde, también por los medios, pero nadie del Gobierno había marcado el número del celular de Giobellina para avisarle que sería eyectado del gabinete. Ni siquiera un mensaje de Whatsapp. Una desprolijidad.
Segundo, porque hasta la oposición tenía buen concepto del trabajo que venía realizando Giobellina en turismo desde 2015. La oposición, dándole el pésame a Giobellina, quizá también tenga que ver con lo que significa el regreso de Amaya al oficialismo local porque hasta hace un puñado de meses levantaba las banderas de Juntos por el Cambio y fue precandidato a Parlasur en la boleta junto a Horacio Rodríguez Larreta en las últimas elecciones.
Los mimos hacia Giobellina también llegaron desde el peronismo más cercano al ex gobernador Juan Manzur. «Así es la política», lo trataron de consolar. Pero Giobellina es más técnico que político, a pesar que fue candidato a concejal por San Miguel de Tucumán por el acople Activar, liderado por el diputado nacional y dirigente de la Asociación Bancaria, Carlos Cisneros. Le faltaron menos de una decena de votos para alcanzar la banca.
Jaldo sumó de esta manera, un nuevo dirigente que estaba en la oposición. La designación de Amaya se agrega a la de José Ricardo Ascárate que terminó su mandato como legislador radical y asumió con secretario de Energía de la provincia. Este salto produjo ruidos en la oposición, en el radicalismo principalmente.
Por lo bajo, jaldistas cuestionan algunas designaciones de opositores o de dirigentes que compitieron en la interna de 2021 con Juan Manzur y los leales al gobernador aún no encontraron cabida en el organigrama. No hay plata.
El desembarco de Amaya en el gabinete también sería un guiño a Miguel Angel Pichetto, que juega un papel central en el Congreso, en el poroteo para la aprobación de las normas. La gran duda es que todos estos guiños de Jaldo hacia el gobierno de Milei le redundarán en fondos para la provincia. Es la única lógica que persigue el ala dialoguista del gobernador. El problema es que en estos dos meses de gestión de Milei, la lógica es una materia ausente.
