La profesional creó un stent con un material absorbible, capaz de desaparecer del cuerpo sin dejar rastros.
Hugo Roldán
El Federal Noticias
BUENOS AIRES.- En la jornada de ayer la marplatense Julieta Merlo, investigadora en Electroquímica Aplicada del Instituto de Investigación en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA, CONICET-UNMDP), recibió el prestigioso reconocimiento: la Beca L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia”.
El premio destaca su trabajo en el proyecto, “La nueva era de los stents cardiovasculares: bioabsorción y moléculas bioactivas para recuperar la función arterial”, una iniciativa que busca revolucionar los implantes absorbibles y promover la regeneración de tejidos.
Merlo es doctora en biología, egresada de la Universidad Nacional de Mar del Plata, y explicó la motivación de su investigación: “Hace un tiempo, hubo dificultades para recibir importaciones (en la gestión del kirchnerismo) de stents cardiovasculares. Desarrollar una industria nacional es clave para ofrecer una solución económica y accesible para nuestro país”.
El proyecto tiene por objetivo desarrollar aleaciones metálicas bioactivas que mejoran la recuperación de los pacientes y reducen los riesgos a largo plazo. Estas innovaciones impactan directamente en la accesibilidad y efectividad de los tratamientos, marcando un hito en la salud pública nacional.
El importante estudio contó con el apoyo de equipos especializados de diversas disciplinas: Laboratorio de Patologías del Metabolismo y el Envejecimiento del Instituto Pasteur, en Uruguay, liderado por Carlos Escande y Santiago Ruiz, quienes desarrollaron el compuesto NATOH.
Este material, clave para los stents, posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que actúan específicamente en sitios de obstrucción arterial.
Además, el diseño de la aleación metálica base, compuesta por hierro-manganeso-carbono-silicio, se logró gracias al trabajo del grupo dirigido por la investigadora Malarria del Instituto de Física de Rosario (IFIR, CONICET-UNR).
La aleación fue fabricada por la ingeniera Melina Hankovits como parte de su trabajo doctoral, realizado en colaboración con el equipo de INTEMA.
La científica destacó la dinámica de su labor: “Para mí, ser científica significa perseguir preguntas que estén relacionadas con la vida. Cada día implica pensar ideas nuevas, trabajar en equipo y generar soluciones con impacto real”.