Hicimos una pausa reparadora en un momento controvertido donde la permanente crisis y lo urgente nos alejan de lo simple; momento de parar para reacomodarnos y volver a intentarlo.
Recorrimos varios lugares antes de hacer un alto en este viaje, Los Tamariscos un pequeño Museo familiar sobre la Ruta 40 en Chubut que recibe con sus historias a viajeros del mundo, Bajo Caracoles una pequeña encrucijada de caminos en Santa Cruz, las manos Pilagá en Las Lomitas con artesanías que nos identifican, Navarro en Buenos Aires con sus historias de fortines que supieron de resistencias y malones, Ñorquinco donde los sonidos del viento cuentan la soledad de su gente, Iruya un pueblo suspendido en la montaña en uno de los paisajes más bellos de Salta y Saujil pequeño lugar de luz en Catamarca, entre otros lugares únicos de nuestra extraordinaria Argentina.
«Lugares», un abanico de alternativas que abre nuestra mente para descubrir cosas que puedan sorprendernos, identificarnos, hacernos parte. Los invito una vez más a releer cada recorrido y seguimos andando.
Tafí del Valle, se ubica a 105 km de la ciudad capital San Miguel de Tucumán en Tucumán una de las provincias más pequeñas del país pero con una historia muy presente en la vida de los argentinos y con lugares que la engrandecen más.
Su nombre proviene de una voz diaguita que se expresa como «entrada espléndida» y resignifica la bienvenida que ofrece el lugar para recibir a sus visitantes; paisajes de colores verdes y amarronados que cortan los cielos sobre caminos que constatan sus más de 2000 años de ocupación.
Se encuentra a unos 2000 metros de altura sobre el nivel del mar y posee un microclima muy especial por lo que se puede visitar durante todo el año.
Tafí del Valle es el portal de entrada a un importante enclave de la historia del norte argentino por su recurso arqueológico y su relevancia cultural, social, económica y política en tiempos prehispánicos.
Pueblos agricultores y pastores ocupaban la zona del fondo del Valle pero también los faldeos montañosos con signos de presencia humana en un largo intervalo temporal de 8000 años.
Las manifestaciones del primer milenio de la era cristiana se denominaron «Cultura Tafí», considerada como una de las que alcanzaron el más alto grado de desarrollo siendo agro-alfareros que basaban su economía en el trabajo de la agricultura y conocían las técnicas de la cerámica, metales y textiles.
La Reserva Arqueológica Los Menhires es uno de los lugares característicos de la cultura Tafí, con más de 50 megalitos que datan de entre el 820 a.C y el 780 d.C., una representación de carácter mágico que simbolizan la fertilidad y fecundidad.
Además se convertían en «guardianes del lugar», protectores y propiciadores de los cultivos y el ganado.
El mirador «El Indio» es otro de los atractivos del lugar con una increíble vista panorámica. Es una escultura instalada en 1943 con 6 metros de alto, creada por Enrique Prat Gay, escultor tucumano que la llamó «El Chasqui» en homenaje a los mensajeros del imperio Inca.
Otro de los atractivos del lugar es la Ruta del Artesano de Tafí que surgió como producto turístico con el propósito de recuperar, desarrollar y promocionar la actividad artesanal tradicional en el valle.
Son artesanías que revitalizan el valor cultural de una identidad muchas veces olvidada, que actualmente llevan adelante artesanos, distribuidos por el valle de Tafí, nacidos en la zona y pertenecen al pueblo originario Diaguitas Calchaquíes.
Visitar los hogares de los artesanos es ingresar a una dimensión en la que el tiempo transcurre lento y parsimonioso, a través de los paisajes de montes y llanuras que rodean los talleres donde se producen utensilios, ropas y obras de arte en cuero, lana, arcilla, piedra y otros materiales ancestrales.
Algo más que simples objetos para comerciar, las artesanías, su gente, sus lugares son una muestra de valores culturales e históricos que definen a Valle del Tafí.
Restos arqueológicos, diversos circuitos de trekking, caminar o cabalgar entre sus cerros, practicar kayak o canotaje, hacer mountain bike por sus senderos de tierra, conocer sus productos artesanales, degustar sus comidas típicas o simplemente recorrer sus calles empapadas de historia son una de las tantas opciones que posee este pequeño lugar tucumano.
Tafí del Valle irradia tradición.
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