Fernanda Ávila, cercana al gobernador catamarqueño fue reemplazada por Flavia Royon, cercana al salteño Gustavo Sáenz.
BUENOS AIRES.- El flamante ministro de Economía, Sergio Massa, exteriorizó sus antiguas diferencias y le pasó la factura al gobernador catamarqueño, Raúl Jalil, a quien calificó de traidor en muchas ocasiones, cuando durante el gobierno de Mauricio Macri Jalil amagó varias veces en abandonar al Frente Renovador para sumarse a Juntos por el Cambio, tentado por el ex ministro del Interior Rogelio Frigerio.
Y en este contexto tan crítico, con un descomunal ajuste en puerta, donde las provincias junto con los movimientos sociales y las tarifazos a la clase media, son los tres campos señalados por el flamante equipo de Massa donde se hará el ajuste para reducir el déficit fiscal, la economía catamarqueña se verá afectada y quedará a la deriva.
Así, recordando las traiciones del pasado, la primera medida que tomó el nuevo superministro fue sustituir a la actual secretaria de Minería, Fernanda Ávila, por Flavia Royon, quien se venía desempeñando como secretaria de Minería de Salta. Premio para el gobernador de esa provincia, Gustavo Sáenz, quien había sido compañero de fórmula de Massa en las presidenciales de 2015.
Si bien esto se puede interpretar como una consecuencia de la buena relación que tiene Massa con Gustavo Sáenz, la realidad pasa por la mala relación del “renovador” con Jalil, de quien no olvida su traición cuando siendo coordinador del armado político del NOA del Frente Renovador se pasó a las filas del Macrismo, confirmando nuestras predicciones de que Jalil está más cerca de Rodríguez Larreta que del peronismo.
A pesar de las fotos, desvivirse con elogios a Massa, Jalil entró en un estado de desesperación, porque encima su amigo Alberto Fernández está viviendo un ostracismo político sin precedentes para un presidente en ejercicio, lo cierto es que el ex Diputado no olvida ese hecho puntual que lo sometió al escarnio público y eso se evidencia en la designación de Royon, a pesar de las infructuosas gestiones que realizó Jalil ante Fernández para sostener a Ávila, especialmente en la visita de hace tres días a Fiambalá.
En ese contexto la economía catamarqueña navega en aguas turbulentas ya que Massa exterioriza que no tiene ningún interés en ayudar la gestión de Jalil y aunque no lo diga públicamente, entre “comidillas” siempre lo menciona como un traidor.
Comentan en los pasillos de Casa Rosada que Jalil le enrostró al presidente durante su paso por Fiambalá que la expulsión de Ávila era un hecho significativo que evidenciaba sus diferencias con Massa y que debía interceder, recibiendo como respuesta que no estaba en manos de él, sino del Superministro.
Sin dudas que las diferencias entre el Gobernador y el renovador no solo afectan la minería y la política, sino y especialmente la economía catamarqueña, ya que las facultades de Sergio Massa escalan –ni más ni menos- al manejo de los montos que perciben las provincias en concepto de Coparticipación Federal, el principal ingreso que tienen las arcas catamarqueñas.
Queda claro que Massa no olvida la traición de Jalil y que esto repercutirá en la economía catamarqueña a pesar de los elogios que recibió el ex Diputado del Gobernador, quien quedó –literalmente- relegado en su relación con el massismo, recordando una frase que en política es lapidaria: El que las hace, las paga.
Esperemos que esa “factura personal” no afecte al pueblo catamarqueño que ya ostenta casi un 60 % de pobreza, algo nunca visto.
Fuente: El Pucará