Los precandidatos tendrán varios cierres de campaña. La moneda está en el aire, quien sople mejor esta semana se quedará con la candidatura para competir en octubre.
Las PASO nacionales del próximo domingo definirán gran parte del escenario político del país. En esta semana, los principales candidatos apuntarán a fidelizar el voto y a tratar de convencer a los indecisos.
No es un dato menor ya que, según los antecedentes provinciales, las encuestas fallaron en la mayoría de los estudios previos a los comicios distritales. Hay algunos fenómenos que los expertos en opinión pública no pudieron descifrar: hacia dónde se mueven los «indecisos» o los que deciden ir a votar a última hora.
El gran ejemplo de esto fueron las PASO de Santa Fe. Todos los pronósticos arrojaban una paridad entre los postulantes de Juntos por el Cambio Maximiliano Pullaro y Carolina Losada. Sin embargo, Pullaro se quedó con la interna por unos 15 puntos de ventaja. En Córdoba, Rodrigo de Loredo superaba en la previa por amplio margen a su rival del oficialismo provincial y terminó perdiendo por 7 puntos.
Con estos antecedentes las PASO del próximo domingo presentan un gran interrogante, sobre todo para la coalición Juntos por el Cambio que deberá definir a su postulante entre el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Dentro de Unión por la Patria Sergio Massa no debería sufrir mucho para ganarle la interna a Juan Grabois.
Los principales candidatos tendrán varios cierres de campaña, en distintos puntos de la geografía nacional, para tratar de captar mayor caudal de votos, aunque cada uno tendrá un objetivo diferente.
Sergio Massa apuntará a ser el candidato individual más votado de las PASO. Enfrentará en la interna a Juan Grabois, que inscribió su candidatura para que los votos del kirchnerismo duro -que se resisten a votar a Massa- quedaran dentro de Unión por la Patria y no busquen otra alternativa. La dificultad para el ministro de Economía es convencer a la gente que podrá hacer lo que no hizo siendo superministro: bajar la inflación, bajar la brecha del dólar, aumentar las reservas del Banco Central. El último fin de semana llegó otra mala noticia económica para las aspiraciones de Massa: por séptimo mes consecutivo cayeron las ventas minoristas, según CAME. Recesión e inflación suelen ser un combo letal para cualquier candidato. Ya le pasó a Mauricio Macri en 2019, y eso que dejó el país con el 53% de inflación mientras que Massa se acerca a un 120% de inflación anual.
Sin dudas la pelea más atractiva será la de Juntos por el Cambio. Horacio Rodríguez Larreta enfrentará a Patricia Bullrich y en todos los sondeos hay paridad. En algunas mediciones lidera el jefe de Gobierno y en otras la ex presidenta del PRO.
La estrategia larretista es mostrar la gestión porteña y su discurso alineado con que puede hacer en el país, porque ya lo hizo en la Ciudad de Buenos Aires. «Trabajo, más trabajo, más trabajo», es la fórmula con la que el larretismo busca imponerse en la interna. Durante la gestión de Rodríguez Larreta convirtieron a la Ciudad de Buenos Aires en una de las ciudades más seguras de latinoamérica; el año escolar tiene 192 días de clases, educación bilingüe desde jardín y la transformación de la ciudad en una de las mejores capitales del mundo son su carta de presentación, entre otros logros como la urbanización de las villas.
Bullrich lleva más de dos años en campaña. Inició su carrera anunciando su candidatura nacional con la idea de negociar luego para ser la jefa de Gobierno porteño o la candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires, pero su círculo íntimo creyó -a último momento- que tenía chances en las presidenciales. Hizo una campaña con el foco puesto en la seguridad, aprovechando su experiencia en el gabinete de Mauricio Macri y una de las palabras que más usa en sus recorridos es «coraje». Su punto débil es la estructura nacional y que trastabilla cada vez que le toca hablar de economía -tema sensible para el público argentino. Por ejemplo, cuando dijo que llevaría las cámaras de televisión al Banco Central para mostrar las reservas, como si los dólares estuvieran apilados como en la bóveda de Mac Pato.
La moneda está en el aire. Quien sople mejor esta última semana se quedará con el premio de la candidatura nacional. Hay mucha certeza en el esquema opositor que el que triunfe la interna será el próximo presidente de la Argentina, algo que también está por verse, pero recién en octubre o quizá noviembre.


