Por Carla Algeri*
EL FEDERAL NOTICIAS
A esta hora exactamente
Hay un niño en la calle
Hay un niño en la calle
Dijo Armando Tejeda Gómez en la voz de Mercedes Sosa:
Es honra de los hombres proteger lo que crece
Cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
Evitar que naufrague su corazón de barco
Su increíble aventura de pan y chocolate;
Poniéndole una estrella en el sitio del hambre
De otro modo es inútil, de otro modo es absurdo,
Ensayar en la tierra la alegría y el canto
Porque de nada vale, si hay un niño en la calle (1)
Hablaré hoy de nosotros: Los Músicos y nuestro papel a lo largo de la historia para la vida de los hombres. Y dijo el autor en su libro: (2)
En la Edad Media, la separación entre músico teórico, músico práctico y músico “completo”, era muy clara. El músico teórico era aquel que tenía un conocimiento sobre la creación de la música pero que no le gustaba ejecutarla en modo práctico. No sabía tocarla ni componerla pero comprendía su constitución y estructura, además de contar con un importante reconocimiento de sus contemporáneos, pues la teoría de la música se concebía como disciplina científica. En contrapartida, el músico práctico, no tenía ningún conocimiento de la teoría musical, pero tenía la
absoluta capacidad de ejecutar la música. Su comprensión era de carácter totalmente intuitivo y no podía explicar nada teóricamente. Podríamos dar un ejemplo del lenguaje: el lingüista tiene conocimiento y una concepción de la construcción y la historia del lenguaje; el hombre de la calle contemporáneo no tiene idea de todo eso, pero puede hablar esa lengua de forma correcta y convincente porque es la lengua de su época. Ésta es la situación del instrumentista o del cantante durante mil años de historia occidental: él no sabe, pero puede; y comprende sin saber.
También existía el «músico completo», que era tanto teórico como práctico. Este conocía y comprendía la teoría, pero no la veía como una cuestión aislada, lejana a la práctica y autosuficiente, podía componer y hacer música, ya que conocía y entendía todas las conexiones. Estaba mejor considerado que el teórico y que el práctico, pues dominaba todas las formas de la ejecución y del saber.
Algo parecido nos sucede con nuestra música nacionalista o para mi, “mi lengua madre: el tango”. A principio del siglo XX, contábamos dentro del género con los tres tipos de músicos llegando a los años cincuenta, llamada la década de oro, donde alcanzamos la excelencia más prolífera para nuestro género.
Luego, las políticas culturales de la década atroz, la llegada del megáfono y el club del clan entre tantas cosas, nos fueron convirtiendo a los que a penas nacíamos, en los niños de la calle de nuestra música popular, y a nuestra música popular en esos pequeños niños de la calle.
Y dijo el cantante de calle 13:
Todo lo tóxico de mi país
A mí me entra por la nariz;
Lavo autos, limpio zapatos
Huelo pega y también huelo paco;
Robo billeteras, pero soy buena gente
Soy una sonrisa sin dientes;
Lluvia sin techo, uña con tierra
Soy lo que sobró de la guerra,
Un estómago vacío
Soy un golpe en la rodilla que se cura con el frío.
El mejor guía turístico del arrabal
Por tres pesos te paseo por la capital;
No necesito visa pa’ volar por el redondel
Porque yo juego con aviones de papel;
Arroz con piedra, fango con vino
Y lo que me falta me lo imagino (3)
Nuestra vida musical se encuentra en una situación pésima: en todas partes hay teatros de ópera, orquestas sinfónicas, salas de conciertos; una oferta rica para el público. Pero allí tocamos música que no entendemos en
absoluto, destinada a hombres de otros tiempos; y lo más curioso de esta situación es que no tenemos ni idea del problema, porque creemos que no hay nada que entender, que la música se dirige directamente al corazón. Y por qué digo esto?… Porque no estamos tocando… Mucho de lo se ofrece pertenece a otros tiempos ya que los teatros están cerrados. Viajamos en aviones amontonados, vamos a manifestaciones y nos abrazamos públicamente, pero pareciera ser que es la cultura la que nos contagia. De qué? Por qué?… En medio de todo tenemos que sumarle que comenzaron a aparecer los “dueños de los streaming”, y nuestros instrumentos siguen sonando para nosotros mismos como conservadores de museos seguros!… de que los músicos nos salvamos pero nuestro niños… nuestros
niños corren el riesgo de terminar en la calle.
Es por ello que, como sobrevivientes, (4) y responsables de darle continuidad a nuestro legado y hacer crecer nuestra música protegiéndola y protegiendo a los niños que como malabaristas de un semáforo, tenemos el compromiso de enseñarles a llevar adelante su “función”.
No debe andar el mundo con el amor descalzo,
Enarbolando un diario como un ala en la mano;
Trepándose a los trenes, canjeándonos las risas
Golpeándonos el pecho con un ala cansada;
No debe andar la vida recién nacida, aprecio
La niñez arriesgada a una estrecha ganancia;
Porque entonces las manos son inútiles fardos…
Y el corazón apenas una mala palabra (1)
Una y otra vez, en particular en el barroco; desde 1600 aproximadamente hasta las últimas décadas del siglo XVII, se repetía que la música era un lenguaje de sonidos, que la música gira en torno a un diálogo, a un conflicto
dramático. El maestro, pues, enseña al alumno su arte y todos los aspectos de dicho arte. No sólo le enseña a tocar un instrumento o a cantar, sino también a ofrecer la música. En esta relación natural no había problemas, la evolución de los estilos se efectuaba progresivamente de generación en generación.
Nosotros, quienes somos parte de nuestro Centro Cultural Polo Bandoneón, como compromiso ante la Unesco para la preservación y difusión del bandoneón y el lenguaje del tango, junto a la Fundación Bandonium, a diario compartimos con toda la comunidad académica y los estudiantes que son más de mil en nuestra ciudad, abarcando edades desde tres a noventa y tres años, y cada una de las escuelas en el resto del mundo, llevamos adelante la bandera de transmitir de generación en generación nuestra cultura patrimonial para formar músicos completos en el lenguaje del tango. Hoy, un día de festejo para once años de gestión. (8)
El cantor siguió rapeando y dijo:
Cuando cae la noche duermo despierto
Un ojo cerrado y el otro abierto;
Por si los tigres me escupen un balazo
Mi vida es como un circo, pero sin payaso;
Voy caminando por la zanja
Haciendo malabares con cinco naranjas;
Pidiendo plata a todos los que pueda
En una bicicleta de una sola rueda (3)
Lamentablemente hoy, muchos aspiran a la belleza y a la emoción, eso es lo natural y constituye la base de la capacidad expresiva. El conocimiento que sería necesario, precisamente porque ya no existe la unidad entre la música y la época, a algunos no les interesa de ninguna manera; no puede interesarles, porque no son conscientes de la carencia de ese saber. El resultado: reproducen sólo el componente puramente estético y emocional del arte; el resto del contenido es ignorado…
En nuestro Centro Cultural, donde los grandes Maestros de la música dan clases a toda la comunidad en tres niveles diferentes, comenzando con el semillero hasta alcanzar el nivel de especialización, los más importante de nuestra misión, es hacer música. No solo en el sentido de lo bello y emocional, sino en el sentido completo de la palabra. No podemos permitir que la música popular queda encerrada solo en lo estético, privando a quienes la ejecutan y a quienes la escuchan de la comprensión de la misma. Es nuestra responsabilidad y nuestro compromiso para que el Patrimonio de la Humanidad tenga la continuidad a lo largo de la evolución de la vida de los hombres. De no hacerlo, terminaremos como dijo el cantante de calle 13: somos el oxigeno para este continente pero también somos lo que descuidó el Sr. Presidente.
Soy oxígeno para este continente
Soy lo que descuidó el presidente (3)
Y ahora la pregunta…
¿cómo deberíamos ser en realidad los artistas?… Creo que la respuesta dependerá forzosamente de la forma en que debería entenderse la música en la actualidad.
Y siguió rapeando en nombre del niño:
No te asustes si tengo mal aliento
O si me vez sin camisa con las tetillas al viento;
Yo soy un elemento más del paisaje
Los residuos de la calle son mi camuflaje;
Como algo que existe, que parece de mentira
Algo sin vida pero que respira (3)
Hace muchos años y nada ha cambiado, en el método francés, concebido para conseguir una unificación del estilo musical hasta los más mínimos detalles, consistía en integrar la música en la concepción de la política global. El principio teórico era el siguiente: la música debía de ser tan sencilla como para que cualquiera la pudiera entender (si bien el término «entender» no es exactamente el apropiado), debía conmover, excitar; adormecer!!! … a cualquiera… sea una persona cultivada o no. Debía ser un «lenguaje » que todo el mundo entienda sin tener que aprenderlo.
A veces, en nuestra música popular se cree que ha de ser de esa manera. Pero… cómo se convirtió Carlos Gardel el Rey de la melodía? O Eduardo Arolas, en el Tigre del Bandoneón?… Cómo Astor Piazzolla llegó a componer para Rostropovich y su bandoneón alcanzó las salas de concierto más importantes del mundo al frente de las grandes orquesta sinfónicas?. Cómo Osvaldo Pugliese compuso la gran bisagra del tango cuando apenas tenía 30 años, o el tango La yumba que lo definió en su estilo con a penas 25?. Cómo los poetas del tango tenían la literatura romántica francesa del sigo XIX incorporada en su lenguaje?… Como?… Ninguno de ellos era de familia acomodada pero todos, contaron con el tesoro más importante que tenemos como hombres: La educación y la cultura. Eso… los convirtió en músicos completos… (9)
Pobre del que ha olvidado que hay un niño en la calle,
Que hay millones de niños que viven en la calle,
Y multitud de niños que crecen en la calle;
Yo los veo apretando su corazón pequeño
Mirándonos a todos con fábula en los ojos;
Un relámpago trunco les cruza la mirada
Porque nadie protege a esa vida que crece…
Y el amor se ha perdido… como un niño en la calle. (1)
La formación musical en Occidente ha sido desde siempre parte esencial de la educación. Es por ello, que si se suspende la educación musical, deja de existir la comunidad elitista de músicos y oyentes cultivados. Si la música ha de dirigirse a todo el mundo, si el oyente ni siquiera necesita entender algo de música, entonces habrá que eliminar de la música todo discurso “que exija ser comprendido”. El compositor tendrá que escribir una música que se dirija directamente y de la manera más sencilla e inmediata…al sentimiento.
Los filósofos dirán entonces en este contexto: si el arte sólo es agradable es que sólo es bueno para los que ignoran.
Y por qué privarlos del saber a nuestros niños? … Por qué empujarlos a la calle?…
Oye, a esta hora exactamente hay un niño en la calle
¡Hay un niño en la calle! (3)
Les contaré una pequeña anécdota:
Uno de los primeros grandes admiradores de la nueva forma de hacer música en aquellos años fue Richard Wagner. Cuando dirigió la orquesta del Conservatorio observó entusiasmado cómo los arcos arriba y abajo de los violines se sucedían sin costuras, cómo podían extender ampliamente las melodías, y afirmó que desde entonces se podría pintar con la música. Más tarde explicó repetidas veces que nunca había conseguido con orquestas alemanas un “legato” semejante. Pienso que este método del que se utilizó y aun se utiliza para domesticar a las personas, es óptimo para la música de Wagner, pero verdaderamente es fatal para la música de Mozart. Bien mirado, si seguimos así y le sumamos que los chicos no asisten a la escuela, menos lo harán a las escuelas de música y menos aun… a
nuestro Centro cultural por que allí, impulsamos la formación y el conocimiento con el compromiso de la melodía de la vida; creamos pertenencia, formamos músicos completos, y donde nuestro malabarista del semáforo se convierte en un músico para el Teatro Colon donde lo podrá ver todo su comunidad, sus amigos, su madre… su barrio.
Soy oxígeno para este continente
Soy lo que descuidó el presidente… (3)
La música es el oxigeno para el continente, es la melodía de la vida… Los músicos venimos sobreviviendo (5) aunque a gritos la gente nos pide que cantemos, porque así calmamos su dolor (4). Pero nosotros somos
sobrevivientes con una razón para vivir, (6) porque si se calla el cantor calla la vida dijo Horacio Guaraní. (7) No podemos dejar que haya niños en la calle. Quien porta un instrumento entre sus brazos tendrá el arma más poderosa para enfrentar la vida.
Y a pesar de todo, cantando, sobreviviendo, agradeciendo, llevando adelante un proyecto musical y de formación patrimonial, somos lo que las gestiones descuidan y no solo las descuida un presidente.
Como algo que existe, que parece de mentira
Algo sin vida pero que respira… (3)
Leo esta frase y aparece la imagen de mi bandoneón. Cuando las personas no lo conocen no saben por qué es el eje de nuestro patrimonio inmaterial. Pareciera ser que no hay bandoneón sin tango y no hay tango sin bandoneón. Es algo que existe y que parece mentira, ya que sobrevivió a la primera y a la segunda guerra mundial; es un instrumento con vida y que al igual que nosotros los seres humanos, es el único instrumento que respira.
Hoy, cuando la música actual es la música histórica (nos guste o no), la formación de nuestros niños tendría que ser completamente diferente y debería basarse en otros principios. A la larga, la educación no pude basarse en tecnocracias. Y lo mismo me planteo en la educación musical… Esta no se puede limitar a enseñar en qué parte del instrumento uno ha de colocar los dedos para conseguir un determinado sonido y a obtener cierta agilidad. Una formación de marcada tendencia técnica no produce músicos… Solo produce acróbatas vacíos. Si no abrimos las escuelas, si no impulsamos el centro cultural Polo Bandoneón como nos comprometimos con la Unesco,
entonces estaremos empujando a nuestros niños a la calle…
Y hasta aquí solo se trata aquí sólo de una parte del problema, pues también el oyente debería ser guiado hacia una comprensión mucho más amplia. Por el momento, al igual que los niños tomando clases por zoom, convirtiéndolos en oyentes, oyentes de qué de quienes?… Qué tipo de oyentes?… En un oyente que sufre, sin saberlo, la infantilización provocada por la Revolución francesa y que hoy se repite como elemento de la política. Esto, mantiene cerrados los teatros y a nuestro mundo sin oxigeno.
La comodidad y el sentimiento son para nuestros niños hoy, los únicos elementos a los que se reduce la experiencia y la comprensión de la educación y la cultura.
Oye, a esta hora exactamente hay un niño en la calle
¡Hay un niño en la calle! (3)
Bibliografía. La música como discurso sonoro. Nikolas Harnoncourt.
(1) https://www.youtube.com/watch?v=40nuiWW59e0
(2) La música como discurso sonoro. Nikolas Harnoncourt.
(3) https://www.youtube.com/watch?v=BxqU_loHht0
(4) https://elfederalnoticias.com/cantame/
(5) https://elfederalnoticias.com/sobreviviendo/
(6) https://elfederalnoticias.com/razon-de-vivir/
(7) https://elfederalnoticias.com/si-se-calla-el-cantor/
(8) https://www.youtube.com/watch?v=ZFVwqrXs3ZI
(9) https://www.youtube.com/watch?v=W8Rgjrk8e2A
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- Mat. 18205