
Por Carla Algeri*
EL FEDERAL NOTICIAS
Dijo Franco de Vita… “Cántame, que con tu voz se calma mi dolor…Cántame, cántame…”
Hoy, a cien años del natalicio de Chabuca Granda, de Olga Orozco, Mario Benedetti; la ceremonia de un Adiós a Nicolás Colacho Brizuela, Manolo Juárez, Pepe Carli, y muchos más, me invaden las preocupaciones y las incógnitas que me motivan a escribir columnas, citar autores, y tocar la música de los grandes referentes de nuestra historia. Siento que alguien debe hacerlo.
Los poetas marcan la cumbre de la cultura del siglo XX, los músicos nos acercamos al centenario de Astor Piazzolla al mismo tiempo que festejamos el aniversario de la incorporación de la sección de la percusión como vedette de la gran orquesta, los cantantes con su voz dejan plasmada la historias de nuestra cultura y los que administran cultura en no mucho más tiempo, dejaran como resultado arrasador una cultura para mostrar como representantes de museos. (1)
Es por ello que la letra de Franco de Vita junto a la voz de Mercedes Sosa, que tampoco está, nos piden como anunciando una suerte de presagio: Cántame… Cántame que con tu voz se calma mi dolor . Cántame… Cántame…
Ya lo narró Horacio Guaraní cuando a gritos de militancia nos presagiaba qué sucedería si se callara un cantor. (2)
Dijo Nikolaus Harnoncourt (3) en su libro y a principios del siglo XX: La música es nuestra vida. Desde la Edad Media hasta la Revolución Francesa, la música fue considerada unos de los pilares más importantes para nuestras vidas. Comprenderla formaba parte de nuestra formación y de nuestra educación general.
Hoy, sin embargo, la música se ha convertido en un adorno para nuestro silencios, sin imaginarnos siquiera que en los silencios es donde reina nuestra más hermosa melodía; nuestra melodía… La melodía de nuestra propia vida.
Esta transformación del concepto se ha ido modificando en los últimos años a pasos agigantados hasta sumergirnos hoy, en medio de pandemias de DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia), en un futuro de muerte anunciada para una sociedad sin República y con más dinero para los bancos.
Históricamente se pensó que la música debía ser por sobre todo “bella”, no debía “molestar”, ni asustarnos, ni alterarnos. Pero hoy, en la actualidad, donde cualquiera se siente con el derecho y la capacidad de juzgar el valor y la interpretación de la música, ésta no debe cumplir ya con esa exigencia. Nadie quiere una reflexión hoy, todos están detenidos en dispersiones en medio de una cotidianeidad hostil que nos catapulta en lo que será un muro de cultura milenaria dominada por los lamentos.
Y mírame… que por tus ojos pierdo la razón. Mírame, mírame… Siguió diciendo la voz del cantor
Así́ pues, nos encontramos hoy en una situación casi sin salida cuando, creyendo todavía en la fuerza transformadora de la música y la cultura, tenemos que ver cómo el espíritu general de nuestro tiempo las ha desplazado de su posición central: de lo conmovedor a lo bonito. Pero no podemos conformarnos con esto, es más, si tuviese que admitir que ésta es la situación irrevocable de nuestro arte, dejaría inmediatamente de hacer música.
- Cántame por las noches que es cuando duele más
- Cántame por la mañana antes de que salga el sol
- Que la luna no se entere lo que yo he dado por ti
- Que la luna no se entere que yo anoche no dormí
Cántame que no sufre más mi corazón - Cántame, cántame
Fue a partir de la Revolución Francesa que se procuró en el marco del Gran Estado, hacer de la Música algo útil a las nuevas ideas políticas: el artificioso programa pedagógico del Conservatorio de París, fue el primer programa coordinado de nuestra historia. A partir de aquellos métodos se forma todavía hoy a los músicos de todo el mundo y, siguiendo los mismos principios, se explica a los oyentes que no es necesario aprender música para comprenderla, que disfrutar simplemente de su belleza, ya basta.
- Mira… Mira como me mira la luna
- Sabe que sin ti yo estoy a obscuras
- Mira, mira…
“No es casual que la reducción de la música a lo bello, y con ello a lo que todo el mundo puede comprender, sucediera en la época de la Revolución francesa. En la historia siempre hubo periodos en los que se ha intentado simplificar la música, reduciéndola a lo emocional, para que cualquiera pueda entenderla. Todos esos intentos fracasaron y condujeron a una nueva variedad y complejidad. La música solo puede resultar comprensible para todos si se reduce a lo primitivo o si todos aprendemos su lenguaje.” (3). Y aquí aparece nuevamente las gran incógnita sobre hacia donde vamos en medio de pandemias de DNU (decreto de necesidad y urgencia), para poder administrar un presupuesto de cultura donde si algo sale mal, nadie tendrá que ir preso. La generosidad de la educación y la cultura… Y para ser honesta…Argentina siempre ha sido un país generoso.
Dijo el autor en su libro: ¿Qué habría pensado Einstein, qué habría descubierto si no hubiese tocado el violín? Acaso… ¿No son las hipótesis atrevidas, las más fantasiosas, las que sólo alcanzan el espíritu imaginativo para que luego puedan ser demostradas por el pensador lógico? (3)
- Cántame que con tu voz se calma el dolor
- Cántame por las noches que es cuando duele más
- Cántame por la mañana antes de que salga el sol
- Que la luna no se entere lo que yo he dado por ti
- Que la luna no se entere que yo anoche no dormí
Canta que tu voz escucha todo el campo - Canta que mi corazón no sufra más por ti
Canta, canta
Y cántame por las noches que es cuando duele más
Estoy profundamente convencida de que para que la permanencia de nuestra espiritualidad como artistas o dentro del arte tenga continuidad, es de una importancia decisiva vivir con nuestra cultura.
Nosotros poseemos una raíz cultural patrimonial donde miles de viajeros curiosos y ansiosos por conocer un poco más, de ese más que como compositores, autores, intérpretes, escultores, fotógrafos de nuestro arte, entregamos en medio de una generosidad interminable para que los que manejan las lapiceras de las pandemias intenten convertirnos en los conservadores de museos que mencioné alguna vez. Cuáles museos?… Los que ellos mismos colmaran de curadores que no curan, pero seguramente incluirán un club de aplaudidores que no aplauden médicos a las 21 hs pero sí, son aplaudidores. Aplaudidores de qué, de quienes?. De aquellos que su instrumento es la gran lapicera, su objetivo los conservadores de museos, y su obra: el martillo que baja como espada de Damocles para poner un marcha un nuevo decreto. Cuidado!… que lo primitivo es música… Pero debemos formarnos para comprender el lenguaje de la música que forjó nuestra propia cultura.
- Cántame por las noches que es cuando duele más
- Cántame por la mañana antes de que salga el sol
- Que la luna no se entere lo que yo he dado por ti
- Que la luna no se entere que yo anoche no dormí
Cántame..
Nosotros, como músicos artífices de la melodía de nuestras propias vidas, debemos ser formados con nuevos métodos; y cuando digo nuevos, a lo que me refiero es a métodos que nos conecten con nuestra propia cultura que tiene más de doscientos años. En la escuela de la vida hoy y los espacios de formación académica, no se aprende el lenguaje de nuestra cultura, sino sólo la técnica para hacer cultura; el esqueleto de la tecnocracia. Pero éste… no tiene vida.
Debemos reconsiderar el camino de nuestra cultura y concederle el lugar que le corresponde para que las grandes obras del pasado vuelvan a verse en toda su diversidad apasionante y transformadora. Creo que de esta manera volveremos a estar preparados para lo nuevo, como lo hicimos en nuestra primera mitad del siglo XX y un poco más, hasta la llegada del megáfono, el club del clan, el disco, para intentar convertirnos en los analfabetos del futuro o tal vez, en los conservadores de museos a donde nos quieren llevar hoy. Pero recordemos siempre que la creatividad del hombre no puede ser reemplazada por la tecnología.
Nuestro mundo es sonoro…Todos necesitamos la música… sin ella no podemos vivir…
- Cántame por las noches que es cuando duele más
- Cántame por la mañana antes de que salga el sol
- Que la luna no se entere lo que yo he dado por ti
- Que la luna no se entere que yo anoche no dormí
Cántame… que con tu voz se calma mi dolor.
Cántame… Cántame.
(1) https://elfederalnoticias.com/sobreviviendo/
(2) https://elfederalnoticias.com/si-se-calla-el-cantor/
(3) Bibliografía. La música como discurso sonoro. Nikolaus Harnoncourt.
(4) Cántame. Franco de Vita

- www.carlaalgeri.com.ar
- carlaalgeribandoneon@gmail.com
- Face: carlaalgeri
- Twitter: @carlaalgeri
- Linkedin: carlaalgeri
- Instagram: algericarla

- Carla Algeri
- Fundadora de Polo Bandoneón
- www.carlaalgeri.com.ar
- Fundación Bandonium
- Miembro de Honor
- International Art Council
- Naciones Unidas
- Mat. 18205
