La reunión se acordó ayer en medio de frenéticas negociaciones entre la Residencia de Olivos y el empresario. El intermediario del encuentro fue el gobernador santafecino, Omar Perotti, quien en un primer momento apoyó la decisión presidencial de la intervención y del proyecto de ley para expropiar la empresa.
Vicentín se había negado a recibir a los enviados del Gobierno nacional, con Gabriel Delgado a la cabeza, quien fue designado interventor. Luego, Vicentín aceptó una tregua y recibió a los enviados del gobierno, con el argumento de “preservar la paz social” y “evitar perjuicios en el patrimonio”.
En Avellaneda y en Reconquista, las dos ciudades santafecinas con sede de Vicentín, se movilizaron para repudiar la intentona de Alberto Fernández de quedarse con la empresa. La onda expansiva se extendió a todo el país, que ayer se manifestó con cacerolazos en todo el país para repudiar al gobierno nacional.
Fernández, según reconstruyó Clarín, tuvo varias charlas con Nardelli y con «emisarios» de Vicentín, además de numerosas conversaciones con Perotti, el gobernador de Santa Fe, que ayer -para diferenciarse- circuló su planteo de «una intervención sin expropiación».
El Presidente aceptó el encuentro con Nardelli pero, según trasmitió a su entorno, no espera propuestas muy diferentes a las que el empresario le hizo llegar los últimos meses.
«Desde que asumió Alberto, Nardelli envía emisarios para que el Estado rescate a Vicentín. Acercó varias propuestas, todas referidas a intervención del Estado pero evitando la expropiación», confiaron a Clarín fuentes de primer nivel del Gobierno. Fernández, asegura su entorno, escuchó y anotó cada propuesta. Hubo, en especial, dos sobre las que la empresa -según fuentes oficiales- martilló de manera recurrente.
Una, consistente en que el Estado compre parte del paquete accionario de Vicentín. Fernández analizó con abogados y funcionarios esa alternativa y concluyó que no era viable que el Estado adquiera acciones de una empresa en quiebra.
«La única manera viable y transparente de tomar el control de la empresa es la expropiación», se aseguró cerca del Presidente.
Otra propuesta que llegó al Gobierno de parte de la firma fue que YPF alquile la operación del puerto de Rosario, que está concesionado a una UTE de la que participa Vicentín para inyectar recursos a la cerealera.
«Yo no me desperté y dije hoy voy a expropiar Vicentín. Hace meses que buscamos alternativas pero la empresa está en caída libre y solo encontraron una forma; intervenir y avanzar con la expropiación», le trasmitió Fernández a un grupo de colaboradores la noche del miércoles en Olivos.
«No es un problema político, es un problema económico de la empresa: se viene abajo, los acreedores internacionales quieren hablar con el Estado, peligran las fuentes de trabajo y 2.600 productores a los que Vicentín dejó de pagarles», argumentan en Olivos y agregan un renglón: se trata de un sector estratégico que «no puede quedar en manos de capitales externos».
El gobernador Perotti también plantea que la empresa no quede en manos de capitales internacionales pero sugiere otra salida. El gobernador ofició de enlace para la charla entre Fernández y Nardelli, no participó del anuncio de expropiación del último lunes, pero luego defendió a Delgado, la intervención y elogió el protagonismo de YPF Agro. Con un detalle: nunca mencionó la palabra expropiación.
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