
Por Sergio Capozzi
PARA EL FEDERAL NOTICIAS
El pasado primero de junio, en dependencias del Archivo Nacional de la Memoria (Ex sede de la ESMA), se celebró un nuevo encuentro de la autodenominada Mesa del Diálogo. La convocatoria fue realizada por el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti y de ella participaron varios funcionarios nacionales, un puñado representantes de organizaciones sociales y quienes se autodefinen como miembros del Parlamento del Pueblo Mapuche y Mapuche Tehuelche (algo así como un gobierno unificado de Tutsis y Hutus luego del genocidio en Ruanda).
En esta oportunidad, la reunión, a la cual no se convocó a los vecinos damnificados por la violencia ejercida durante los últimos seis años en Mascardi por un grupo de jóvenes que se proclaman integrantes de la no reconocida comunidad mapuche (Lafken Wilkul Mapu), tenía por objeto “debatir” la instalación de un Rewe en terrenos usurpados por ese grupo y que se encuentran bajo jurisdicción de Parques Nacionales.
Un rewe es un tótem alrededor del cual una machi realiza sus ceremonias con la intención de renovar energías y poner en armonía los distintos mundos. Hagamos aquí un alto: no hay rastro alguno que justifique la instalación del mismo en pleno centro del conflicto, donde hace unos días se dispuso la demolición de los edificios del ex hotel de Gas del Estado y de dependencias de Parques Nacionales, usurpados y vandalizados por miembros de la Lof Lafken Winkul Mapu, todo en medio de la Villa Mascardi.
Un generoso Secretario de Derechos Humanos anunció que “luego de un intenso debate” (salvo la altura del tótem y su orientación, no vemos qué otro punto se podía discutir si todos los presentes pertenecían al mismo “bando”), dispuso reconocer el sitio como sagrado y ceder su usufructo por tiempo indeterminado en favor de la machi Betiana Colhuan (una de las procesadas por usurpación y prima de Rafael Nahuel, fallecido en un enfrentamiento con Prefectura en noviembre de 2017). Esta joven de 23 años, afirma ser descendiente de Linkonahuel, un personaje tan misterioso como el Nahuelito pues no hay un solo registro de su presencia en la zona del lago Mascardi. Por el contrario, si está constatada la presencia como primeros poblados de Juan Bautista Treuque y José Domingo Inaleff, que obviamente no pertenecían a la recién nacida comunidad Lafken Winkul Mapu (cofundada por la madre de la machi, María Nahuel, hace unos ocho años). Es oportuno recordar que parte de las tierras que reclaman los miembros de este Lof hace mucho tiempo ya fueron reconocidas en favor de la comunidad Wintray (con personería jurídica y aprobación del Instituto de Asuntos Indígenas).
Pietragalla fue un poco más allá, no sólo le concedería la superficie necesaria para el rewe sino que se comprometió a construir tres viviendas y reubicar al resto de la comunidad en otro lugar aún no definido. Como esta gente tiene una visión catastral muy afinada, les aconsejamos a los vecinos de las mejores zonas de Bariloche que pongan en regla sus papeles.
Nos preguntamos si el señor Secretario se va a comprometer a reconstruir las viviendas usurpadas, las incendiadas y vandalizadas.
Por supuesto que este avance en contra de la soberanía, otorgando tierras y beneficios a quienes desconocen nuestra Constitución, nuestro territorio y queman nuestros símbolos patrios, no es el primero ni será el último. El gobierno nacional no está solo en esta cruzada, cuenta con la inestimable colaboración del señor intendente de San Carlos de Bariloche, Ingeniero Gustavo Gennuso, el mismo que pretende remover del Centro Cívico el monumento al Gral. Roca.
En una entrevista a un medio nacional, el señor intendente afirmó que “Lo que el Gobierno Nacional aportó es una solución desde el punto de vista de lugar sagrado, no es que le devuelve las tierras en ese lugar a toda esa comunidad”, agregando que “fueron los referentes mapuche de todo el país quienes reconocieron que ese lugar en Villa Mascardi es un sitio sagrado.” Dos veces falso: no es ninguna solución, es permitir una cabeza de playa en el nudo del conflicto y no todos los mapuches están representados, sólo los de esa comunidad no reconocida que, legalmente es asesorada por una gremial de abogados cuyo expertise es la defensa de usurpadores.
Cuando desde un medio barilochense se le preguntó los motivos por los cuales no estaban representados los vecinos en la Mesa del Diálogo, afirmó que “hay otras instancias”, agregando que “alrededor del lago Mascardi hay muchísimos lugares que son de la iglesia católica argentina, bueno, puede haber un sitio religioso de otras creencias”. En esto debemos darle la razón, la libertad de cultos, y la libre expresión son garantías con rango constitucional. Lo cuestionable es que para hacerse de esas tierras estos jóvenes (curioso que en una comunidad no haya adultos ni ancianos) destruyeron bienes públicos y privados, sembrando el terror entre los pobladores que, en muchos casos tuvieron que abandonarlo todo. ¿Será que el señor Intendente no considera a estas personas como sus vecinos, a los que juró representar y defender?
Nos encontramos en un impass. El gobierno nacional aún no perfeccionó el acto jurídico por el cual se transferiría la posesión de estas tierras a la machi y su familia. Mas, cuando así lo haga, no descartamos que algún vecino evalúe iniciar acciones legales contra los firmantes del acuerdo ante la eventual configuración de varios tipo delictivos, como podría ser la violación de deberes de funcionario público, usurpación de funciones, asociación ilícita o alguna otra figura más grave.
Estos gobiernos, nacional y municipal, están en retirada. Parecería que en la misma quieren dejar la tierra arrasada, cual Atila. Y en cuanto al señor Intendente, es comprensible que quiera quitar de su vista al Gral. Roca, quien recuperó para la Argentina más de un millón de hectáreas y firmó tratados de paz con diecinueve caciques. Le debe provocar vergüenza.
*Sergio Capozzi es abogado, escritor, miembro del Centro de Arbitraje Iberoamericano, magister en Historia Política Contemporánea.